El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.
Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.
Donde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia
desgastados por el tiempo…
Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento…
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré… ( Cárcel de España Miguel Hernández 1937)
Habla la tierra
Hablan los rostros
Habla la historia
Hablan las arrugas
Hablan los hombros de los hijos
Habla la soledad acompañada de sus costillas
La cal, la piedra señalando el horror
Gritan, si gritan los terrones entre sus huesos
Demandando el abrazo
Señalando fui, soy y seré
Grita la trinchera 199 porque desde ahí resistió
al olvido, a los pactos, a los silencios…
A las patrañas del poder
Poderoso fortín de bulbos y terrones
Alarido de memoria y libertad
Afirmando sin justicia no hay verdad
Nuestros compañeros tienen nombre
Nuestras compañeras tienen nombre
Sus asesinos también.
Irma L. 15 de marzo 2012
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