domingo, 6 de marzo de 2011

Transgénicos

El 15 de febrero pasado nos enteramos de que la polenta que se nos está vendiendo es transgénica.
Tal noticia nos llegó a través de la presentación de una tesis de grado realizada por Martín Fernández Campos, titulada "Análisis de Transgénesis de 20 polentas que se encuentran a la venta en el Mercado Uruguayo". Dicho trabajo se realizó en el laboratorio de Trazabilidad Molecular Alimentaria de La Sección Bioquímica de la Facultad de Ciencias, bajo la tutoría del Dr. Claudio Martínez Debat.


TAL COMO informó su autor, la investigación se realizó con 20 muestras de harina de maíz enviadas por el Laboratorio de Bromatología de la Intendencia de Montevideo.
El resultado fue positivo para 18 de ellas por lo que se concluye que el 100% de las muestras que pudieron ser analizadas estaban elaboradas al menos en parte con un maíz genéticamente modificado. De dos de las polentas no se pudo extraer el ADN, por lo que no fueron analizadas.
También fue posible identificar la presencia en las polentas de los dos maíces transgénicos que se cultivan en Uruguay: el MON810 (de la empresa Monsanto) y el Bt11 (de la empresa Syngenta).
El MON 810 fue hallado en 13 de las muestras, mientras que el Bt11 se encontró en 14 de ellas (solo MON 810 en 4 muestras, solo Bt11 en 5 y mezclas en 9 de ellas).
Que se sabe sobre el maíz transgénico y la salud Un estudio publicado en el International Journal of Biological Sciences revela que tres variedades de maíz genéticamente modificado producidas por la trasnacional Monsanto (MON810, MON863 y NK603) pueden casionar problemas de salud, sobre todo daños a los riñones y el hígado.
Cabe resaltar que una de esas variedades (MON 810) se cultiva en Uruguay desde 2003. Los resultados de la investigación fueron divulgados a principios de diciembre del 2009 por el Comité Independiente para la Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen), con sede en Caen, Francia.
De acuerdo al estudio por primera vez se ha comprobado que los organismos genéticamente modificados (OGM) no son suficientemente sanos como para comercializarse.
El trabajo precisa que en el caso de los transgénicos analizados, se encontró que en animales y humanos, los riñones y el hígado "experimentaron problemas, pues son los principales órganos que reaccionan a la intoxicación química alimentaria", según indicó Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión para la Revaluación de la Biotecnología, organismo creado por la Unión Europea en 2008.
EL DERECHO A ELEGIR
En Uruguay no es posible elegir productos que no contengan elementos transgénicos, ya que nada se informa al respecto en el etiquetado de los productos. Es decir, que el consumidor no solo no tiene la libertad elegir, sino que ni siquiera puede ejercer su derecho a la información. En el caso concreto de la popular polenta, solo nos enteramos de que está elaborada con maíces transgénicos gracias a una tesis de la Facultad de Ciencias donde se hicieron los estudios correspondientes.
La situación es más grave aún debido a que la polenta no solo es muy popular entre los uruguayos, sino que además es uno de los primeros alimentos que ingieren los bebes en nuestro país, por lo que nuestros niños están ingiriendo un alimento que puede afectar su salud sin que sus padres lo sepan.
Es de esperar que este estudio sirva para alertar a la población toda sobre este tema y que motive a los tomadores de decisión a implementar medidas para que los consumidores tengan el derecho de elegir lo que se quiere consumir y que no sean las empresas las que deciden acerca de lo que va en el plato de cada ciudadano diariamente.

Tesis Analisis Trans Genesis 20 Polentas 14022011

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