jueves, 3 de febrero de 2011

Cultura y religión







El día de Iemanjá

El día 2 de febrero se festeja en todos los países americanos del Atlántico Sur el día de Iemanjá (o Jemanjá, o Yemanyá), orixá femenino del panteón yoruba originario de Nigeria y trasladado al continente americano en el periodo del tráfico de esclavos junto con el resto de sus religiones y costumbres. Siguiendo las prácticas del sincretismo, se identificó con ella a la Virgen María bajo su advocación de Stella Maris, patrona de los navegantes, marineros y pescadores, que quedó así trasformada para los afroamericanos en Iemanjá, diosa que reina en el mar, madre generosa que representa también la fertilidad, con muchísimos hijos propios y adoptados, protectora de los barcos y de los pescadores y dueña de los frutos del mar.

En Uruguay hay libertad de culto.

Esta celebración, que comenzó hace muchos años de forma prácticamente clandestina, y que durante el proceso cívico- militar fue perseguida, se ha convertido con el paso del tiempo en una fiesta popular que congrega a muchos ciudadanos que acuden a las playas a ver el ritual o a practicarlo ellos mismos.

La macumba era un tambor africano y el rito que hacían los esclavos lo practicaban a escondida de los blancos, ya que esclavizaban a los negros, les imponían su religión y les impedían la suya",

Esta religión apuesta a la paz y a la sabiduría de la naturaleza.

El culto

Una de las razones de homenajear a Iemanjá "es que nosotros honramos a la naturaleza, ofrendamos a la Diosa del Mar, y más en estos momentos cuando el hombre está haciendo un uso indiscriminado de la naturaleza, y nosotros estamos pidiendo a nuestros dioses que nos protejan, pero también les pedimos a los hombres que cuiden las virtudes de la naturaleza", indicó Andrade.

Las playas de Montevideo.

Todos los 2 de febrero las playas de Montevideo y también la costa de oro se ven invadidas por fieles, curiosos y turistas.

Cada terreiro o templo baja a la playa desde tempranas horas a ofrendar a la diosa del mar y pedir por salud y trabajo.

Ayer en la tarde, la playa Ramírez se colmó de gente de todos los extractos sociales.

Un de esos terreiros, ofreció a todo los visitantes una sección completa de su religión.

Colorido deslumbrante, mucha energía y bondad.

Al son de los tambores, bailaron y ofrecieron a los visitantes, especialmente a los niños, frutas y jugos.

Un terreiro justamente da, asiste a los más necesitados.

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