domingo, 23 de octubre de 2011

Informe de Prensa enterramiento

HALLAZGO EN EL 14. PRESIDENCIA PERMITIO AYER ACCESO A FAMILIARES Y MEDIOS DE COMUNICACION

Mismo patrón de ocultamiento: cal y piedras

El cuerpo hallado a un metro y medio de profundidad en los fondos del Batallón 14 se salvó de la Operación Zanahoria. Restos de ropa de invierno que envuelven los restos, y las gruesas capas de cal y piedras, dificultan tareas de extracción que culminará en las próximas horas.

Asoma la verdad. López Mazz señala el lugar de enterramiento. Es el mismo patrón de ocultamiento utilizado con Fernando Miranda y Ubagesner Chaves Sosa.
Asoma la verdad. López Mazz señala el lugar de enterramiento. Es el mismo patrón de ocultamiento utilizado con Fernando Miranda y Ubagesner Chaves Sosa.
CROQUIS. Material proporcionado por el Ejército a Presidencia en 2005
CROQUIS. Material proporcionado por el Ejército a Presidencia en 2005
Cadena de vigilancia. El Ejército custodia el lugar del hallazgo.
Cadena de vigilancia. El Ejército custodia el lugar del hallazgo.

Ayer al mediodía, tal como había anunciado el viernes el presidente José Mujica, Presidencia permitió, por separado, el ingreso a los medios de comunicación y a la organización de Familiares de Detenidos Desaparecidos. El doctor Alberto Breccia, secretario de Presidencia y Gonzalo Carámbula, director de Comunicación Institucional (Presidencia de la República), se encontraban en el lugar desde temprano, al igual que el equipo de arqueólogos comandados por López Mazz. El sitio del enterramiento está ubicado en los fondos del Batallón 14, en un lugar de difícil acceso, de vegetación agreste y tupida, limitado por una cañada, la vía férrea y a unos 20 metros del arroyo Meireles. Está dentro del antiguo campo de Vidiella, un predio privado, adquirido en la década de los setenta por el Ministerio de Defensa y utilizado como lugar de entrenamiento de las tropas de elite. Allí, desde el mes de febrero, López Mazz y su equipo compuesto por una decena de especialistas reanudaron una tarea que hasta el viernes pasado parecía infructuosa. El hallazgo se produjo ese día a media mañana, en la trinchera 208, tras remover una gruesa y dura capa de cal y de piedras. Un calzado, presuntamente de hombre, y un fémur fue lo primero que dejó al descubierto el meticuloso trabajo de los arqueólogos. Ayer, se recuperó un trozo de maxilar con parte de la dentadura, envuelto en un amasijo de tejidos entre los que parecía distinguirse el puño de un buzo de lana El lugar de enterramiento, con las coordenadas aproximadas, aparecía señalado en distintos croquis entregados por parlamentarios, familiares de desaparecidos y fuentes no identificadas a la Comisión para la Paz (instalada por el gobierno de Jorge Batlle) y a la Comisión Investigadora del Ejército, instalada por el gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2009). Hacía allí se orientó la investigación en esta segunda etapa.

Desde el fondo de la cava, López Mazz realizó ayer un primer informe técnico a los medios de comunicación presentes. "Se trata de un enterramiento primario, aparentemente la persona estaba vestida, está envuelta en algunos tejidos, tiene una estructura que lo cubría con muchísima cal y piedra que fue durísimo de romper para poder acceder al cuerpo, recién se pudo acceder al tejido que lo envuelve", dijo. En la zona, agregó, existen indicios claros de remociones de tierra antiguos con marcas y dibujos dejados por las palas mecánicas. Incluso en el propio lugar del hallazgo, se encontraron estos mismos indicios. Por disposición judicial, el lugar quedó acordonado y bajo vigilancia contínua del Ejército. Además, todo lo que ocurra en ese sitio es filmado por dos cámaras proporcionadas por el Ministerio de Defensa. "Se está siguiendo el protocolo aprobado para estos casos", afirmó a LA REPUBLICA el juez Pedro Salazar, que entiende en la causa María Claudia García de Gelman.

Mazz afirmó que el ocultamiento del cuerpo sigue el mismo patrón que en los otros dos casos identificados hasta ahora: el de Fernando Miranda (hallado en el Batallón 13 el 2 de diciembre de 2005) y el de Ubagesner Chaves Sosa (descubierto en una chacra de Pando, el 29 de noviembre de 2005). Para estos casos, apuntó el experto, "se hizo una fosa, se puso cal se echó el cuerpo y se lo tapó con cal y piedras. Es un patrón, que se repite". Del éxito del proceso de extracción, "depende la pericia posterior en laboratorio que pueda extraer información en relación a la causas de muerte o identificación de la propia persona", dijo López Mazz. Una vez extraídos los restos, serían derivados para su estudio y posteriore identificación, posiblemente en el Instituto Técnico Forense (ITF), lo que ocurriría en las próximas horas. Extracción de ADN a los restos y cotejo con familiares de detenidos desaparecidos, serán los pasos posteriores. Ayer, el Equipo Argentino de Antropología Forense, saludó el hallazgo y se puso a las ordenes del equipo para colaborar, confirmó a LA REPUBLICA Carámbula. A partir de este hallazgo, la búsqueda de nuevos indicios sobre detenidos desaparecidos proseguirá en otros sectores de la unidad militar, hasta completar la zona señalada por los testimonios.

En el informe final de las investigaciones arqueológicas sobre detenidos desaparecidos en la dictadura cívico militar, publicado por Presidencia en 2006, se detallan los distintos testimonios orales y gráficos que indican que en el Batallón de Infantería de Paracaidistas Nº 14 habían existido enterramientos clandestinos. En la página 76 del volumen V de la profusa investigación, coordinada por el antropólogo José López Mazz, se exhibe un mapa realizado a mano (ver infografía) en el cual se in dica el lugar preciso donde según las fuentes habría enterramientos, y que coincide con el sitio donde este viernes fueron hallados los restos óseos. La información que se cuenta sobre el Batallón Nº 14 proviene del ámbito oficial y del no oficial. Desde el ámbito oficial se contó con el informe final de la Comisión para la Paz y con el informe producto de la Comisión Investigadora del Ejército, ordenado por el expresidentes Tabaré Vázquez que señala que allí se produjeron al menos 18 enterramientos.

Con el inicio de los trabajos arqueológicos en el predio militar comenzó a llegar al Grupo de Investigación en Arqueología Forense (GIAF) información de carácter no oficial sobre posibles lugares de enterramiento y desenterramiento. Esta información llegó de forma anónima a través de organizaciones de Derechos Humanos, de periodistas y del Parlamento, se expresa en el informe.

Para la determinación de la zona se contó con diferentes "testimonios directos sobre eventos de enterramientos (1970 y 1980) y desenterramientos clandestinos (1983-1984) de cuerpos de detenidos desaparecidos". En otra parte del informe se expresa que "el estudio de foto aérea permitió reconocer zonas con modificaciones importantes del paisaje asociadas a la remoción de grandes volúmenes de tierra y el cambio en un curso de agua. La Zona aparece en un testimonio llegado a través del Parlamento. Sin embargo, en un principio esta zona no fue relevada por no aparecer en los informes militares.

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