miércoles, 2 de noviembre de 2011

Gral. Aguerre, jefe del Ejército


“Nunca recibí la orden de apremiar a nadie”

"Hay un tiempo para todo; un tiempo para callar y un tiempo para hablar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz". Su padre estuvo preso los 12 años de la dictadura. Ayer reunió a 13 generales del arma

Escrito por: LUIS CASAL BECK - Lcb.mvd@gmail.com

Miércoles 02 de noviembre de 2011 | 6:36

Hacía muchos meses que los generales del Ejército no eran convocados por su comandante para abordar asuntos centrales de la agenda institucional. El nuevo jefe, general Pedro Aguerre, a pocas horas de haber asumido, reunió a trece generales, iniciando una nueva etapa que se inscribe en lo que él denomina “el espíritu de Aragón”.

“Hoy (por ayer) realizamos la primera reunión. Estuvieron presentes los generales Milton Ituarte y Felicio de los Santos, que cumplen destinos en el exterior. No pudo asistir el general Raúl Gloodtdofsky, que es el jefe de la misión de la ONU en la frontera entre India y Paquistán, pero con quien estuvimos en contacto. Usted sabrá que el general Daniel Castellá se recupera muy satisfactoriamente de un problema de salud.

¿ Esto implica un cambio respecto al estilo de conducción de su antecesor?

Al final de mis palabras, recordaba el lunes al Eclesiastés del Antiguo Testamento. Todo tiene su tiempo. Cada comandante imprime un sello personal a su gestión. Lo que buscamos es ser lo más receptivos posible a los problemas internos de la fuerza, y a los exteriores, a los de la sociedad toda.

¿ Es eso lo que usted denominó en su pasaje por la dirección del Instituto Militar de Estudios Superiores, como “el espíritu de Aragón?

En una institución tan noble como esta, que está cumpliendo los 200 años, es abrir instancias de diálogo, en un marco de respeto y obediencia. El Ejército es una institución verticalista. Tenemos el privilegio de portar las armas que nos son entregadas por la República para cumplir con la ley y defender las instituciones. Existe una cadena de 15 mil eslabones, solidificados en una ética y un sentido del honor.

¿ Por dónde pasan los cambios por usted proclamados?

En esta primera etapa se están produciendo algunos cambios en los destinos. En febrero, habrá otros. Hoy (por ayer) a la hora 10, el general Luis Pérez (sin destino desde el 3 de mayo) asumió la dirección del Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES) y el Comando de la Enseñanza Militar, que también comprende a la Escuela Militar y al Instituto Militar de las Armas y Especialidades. El general Sergio D´Oliveira, que estaba al frente del IMES, pasó a ser el jefe del Estado Mayor, relevando al general José Burone, que el próximo jueves de mañana asume la dirección del Centro de Altos Estudios Nacionales (Calen). Por la tarde, en Minas, el general Neris Corbo se hará cargo del comando de la División IV que estaba a mi cargo hasta el lunes pasado. También fueron impuestos los inspectores de las cinco armas del Ejército.

¿Y la hoja de ruta trazada, por dónde sigue?

Existen proyectos de reforma, estudios de Estado Mayor. Se ha conocido hace poco una propuesta de modernización de la defensa militar, elaborada por el Estado Mayor de la Defensa. Todo, naturalmente, va a estar sujeto a la política de defensa nacional y a la política militar que defina el gobierno.

¿ Cómo lo condiciona el hecho de que su padre haya estado preso durante los 12 años de la dictadura, siendo usted oficial?

Somos nosotros y nuestras circunstancias, siempre. Pero, mi padre es mi padre y yo soy yo. En mi casa me enseñaron el valor de la palabra, y una forma ética de estar en y con el mundo. Eso lo agradecí al asumir, al igual que a nuestra enseñanza pública, que nos hizo ciudadanos republicanos, laicos, respetuosos de las ideas y de las creencias.

En una entrevista realizada hace muchos años por César di Candia al general Hugo Medina, este, reconoció que en determinado momento mando torturar. En sus años de oficial, usted recibió la orden de apremiar a un detenido?

Jamás. Nunca recibí la orden de apremiar a nadie. No somos robots. Esa fue la realidad de la enorme mayoría de los oficiales. Existen generalizaciones, mucho dolor en quienes fueron afectados y sus familiares, por eso la necesidad de mirar hacia el porvenir, sin olvidar; buscando reencuentros, en un país en paz, que transite por los caminos de la justicia y de la tolerancia

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