sábado, 3 de diciembre de 2011

Difundirlo es sembrar Memoria.


El deber de no callar.

Plaza Libertad, espacio de encuentros, espacio de lucha y de renovación de la esperanza.

La aparición… y el desentierro del maestro Julio Castro, asesinado por el régimen rampante y abyecto que demolió a fuerza de asesinatos, persecuciones y exilio a

una generación de uruguayos, nos convocó a la Plaza pública ayer.

Túnicas blancas y crespones en cinta negra, marcaron presencia digna con la foto del maestro; preparadas en los centros docentes.

Allí llegamos, emocionados, indignados y seguros de nuestras verdades contadas durante décadas a nuestra sociedad, anestesiada por las mentiras de los cómplices viles

que pretendieron callarnos.

Reunidos todos con los maestros, las madres de los detenidos-desaparecidos y algunos niños con sus túnicas.

Mi cámara iba registrando ese documento para la posteridad, para no olvidar, para continuar la búsqueda…para señalar la lucha inconclusa aún.

Y allí estaba entre la multitud, una madre con sus dos hijos pequeños de túnicas blancas.

Me acerqué ante la señal de permitirme tomar unas fotos de ellos. Posaron ante mí, serios como si realmente entendieran la magnitud de hecho histórico.

La madre luego finaliza diciéndome; - “Ojalá sirva para algo”-

Refiriéndose al registro de su hijo portando la foto del maestro asesinado.

Sembró Memoria, como otros niños que estaban, y permanecían en silencio junto a todos nosotros.

La llegada de Guillermo Chifflet y el maestro Soler coronaron el encuentro que duró varias horas.

Juicio y castigo a los culpables!

Por Verdad y Justicia. Delito de Lesa Humanidad!

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