Un poco de resumen.
Las dramáticas consecuencias que nos dejó el régimen instaurado por los golpistas civiles y militares de nuestro país, tiene ya una larga historia no resuelta.
Estaríamos a pocas horas probablemente, de dilucidar la interpretación de la Ley de la Pretensión Punitiva del Estado, también llamada por el pueblo y organizaciones de DDHH: ley maldita o ley de impunidad.
La verdad sobre el destino de los compañeros detenidos-desaparecidos lleva décadas de investigación. Los responsables mantienen el pacto de silencio, y otros el de “distracción” sobre ese pasado.
Pocos restos de Ellos, han sido encontrados, solamente dos en nuestro territorio.
El tema de la justicia, ha sido también de enorme resistencia en diferentes ámbitos.
El pasaje de la dictadura a la “primavera democrática”, como se la llamó en su momento, trajo mal parida la solución de qué hacer, con los responsables de los delitos más aberrantes que hayamos conocidos en el casi final del siglo pasado.
Los mismos criminales con parte del poder político, fueron los actores principales de esa salida, por lo tanto era de suponer que no habría juicios.
El Pacto del Club Naval así determinó el punto de partida que se continúa hasta nuestros días.
Luego hubo dos pronunciamientos populares, bajo amenaza de sables y vuelta atrás.
Para hacer conocer ese pasado reciente se desarrolló el trabajo de la memoria.
Y sin equivocarme se podría decir, que ha partido esencialmente desde la Organización de Madres y Familiares (abriendo el camino desde el mismo momento de los hechos y acompañada por otras organizaciones y pueblo en general, durante todos estos años).
Invocar la memoria de los luchadores a los que les fueron despojadas sus vidas, mediante el tormento; recordar su vida y trayectoria de cada uno/a, no ha sido en vano.
Se sembró, se multiplicó, se generó conciencia de lo que nos pasó no solo como país, sino como región toda.
Y la clave de ejercer justicia –que no venganza- comenzó su tortuoso camino, gracias al compromiso de algunos pocos actores que ejercen esta potestad en los estrados judiciales y se emponderan de ese valor que tiene que ver con la sensibilidad ante los delitos que son imprescriptibles y que están reñidos con la condición humana.
Hoy comenzó a tratarse nuevamente en el parlamento una ley interpretativa sobre esa impunidad.
Las noticias previas, fueron no habrá anulación, - no habrá derogación.
El palacio legislativo es el lugar privilegiado donde van a parar “aquellos que tienen vocación parlamentaria” así lo reafirmó hace bien poco, una protagonista de los hechos del pasado y hoy primera dama.
Sería bueno que no se olviden que fue el pueblo que los puso en ese lugar para garantizar que se cumplan con las leyes y se logre el bienestar del pueblo.
La extensa jornada de hoy comenzó, a las 10 horas. Los que deseaban entrar a las barras de la cámara de diputados, debieron esperar largo rato para poder entrar.
Eran pocos... la convocatoria de rodear al parlamento esta vez no funcionó.
Esto puede tener varias lecturas, pero seguramente no será por falta de interés, y sí de decepción.
Una vez comenzada la oratoria, los argumentos iban y venían. Se remitían al pasado de quien fue más luchador en aquellos momentos, y de los pactos que se conciliaron a la salida de la dictadura.
Los que estuvimos del otro lado del “mostrador” sabemos la verdad de todo esto.
Podríamos hablar largamente de los tormentos a los que nos sometieron durante años.
Pero también podrían hablar otros ciudadanos que padecieron la ignominia del régimen, ya sea porque los clasificaron en las categorías de A, B y C.
O también podrían darles voz a los niños que fueron encarcelados con sus madres, o aquellos otros que vinieron a la vida luego de secciones de torturas a sus madres parturientas. Claro que los otros, los que no pudieron nacer, porque la picana y los golpes les arrebataron el aliento de vida, esos no hablaran jamás.
Pero podrían hablar también los niños que fueron robados durante años. Ellos sí que podrían estremecer a más de uno. O las madres de los desaparecidos se van calladamente a buscarlos a otros mundos.
Pero nada de esto sucedió ni sucederá.
Aunque ya cansados de tanta hipocresía. Seguramente volveremos a sumar, reagruparnos, seguir luchando.
La oratoria durará hasta la madrugada, se votará para que sea tratada en el senado...
El gatopardismo sigue en curso....
Por Verdad y Justicia!
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