Operación Cóndor.
El escudo nacional chileno tiene a su izquierda un huemul (ciervo) rampante y a su derecha un cóndor (típica ave de rapiña de los Andes).
Luego del golpe de estado dado por las fuerzas vernáculas al gobierno constitucional socialista de Salvador Allende, pasó a ser el Estado Mayor de la Operación Cóndor dirigida desde Washington.
Esta siniestra organización cometió los más horrendos asesinatos políticos, en el siglo XX a escala continental.
“Operación Cóndor” significó continentalización de la criminalidad política.
Los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, de Juan Carlos Torres (Bolivia), de los chilenos Carlos Prat y Orlando Letelier, Arnulfo Romero en el Salvador, Antonio Maidana en Paraguay, Torrijos en Panamá, Jaime Roldós en Ecuador, entre otros, miles y miles de ciudadanos de toda la región. Cifras inconclusas de asesinatos, que hasta el día de hoy se siguen agregando nombres.
Para este fin todos los servicios dictatoriales secretos de cada país, coordinaron los atentados, sabotajes, secuestros y crímenes. El cabecilla de esta organización fue el dictador Augusto Pinochet, que aplicando el terrorismo de Estado igual que sus secuaces de Uruguay, Brasil, Argentina, y Paraguay, diagramaron la persecución fuera de fronteras, intercambiaron a los dirigentes y militantes presos políticos, usando los resortes del –estado.
Uno de los tantos registros de esta “santa alianza” por ejemplo con Paraguay, fue cuando el entonces jefe de la policía secreta coronel Benito Guanes recibe de manos del general chileno; Manuel Contreras una medalla de bronce con la inscripción: “En recuerdo de la adhesión del Paraguay a la Operación Cóndor” julio 1976.
Asesinatos continentales.
Uruguay- Francia.
¿Quién asesinó a Trabal?
El coronel Ramón Trabal era en el círculo de oficiales de las Fuerzas Armadas, un hombre de influencia. Descendía de una familia militar, según informes de la época partidario de la fidelidad de las Fuerzas Armadas a la Constitución. Había sido uno de los impulsores de los comunicados 4-y 7 en febrero del año 1973, meses antes del golpe de Estado en el país. En su breve actuación previa al golpe, -“sustrae el servicio a su cargo del control de los correspondientes servicios yanquis”-
Jefe de la inteligencia militar, Trabal debió aceptar su traslado a Londres y París como agregado militar después de que sus camaradas de armas bloquearon su ascenso a general a fines de 1973.
Los hechos.
En la capital francesa Ramón Trabal vivía en la Avenida Poincaré
Lo asesinan el 19 de diciembre de 1974.
Ese día Trabal regresaba de la embajada rumbo a su casa, en su Renault celeste.
Lo estaban esperando escondidos en la puerta del garaje del edificio.
Eran dos que abrieron fuego contra él, y salieron corriendo. Siete disparos.
Cae Trabal al asfalto.
Por el otro lado de la calle, venía caminando una persona, que resultó ser un médico.
Pero ya nada pudo hacer, estaba muerto.
Llega la policía. El comisario asignado para el caso se llamaba Ottavini. Dos obreros que realizaban trabajos en las puertas vecinas, vieron- “pasar corriendo a los asesinos”-.
Dijeron en sus declaraciones sólo -“que eran jóvenes de mediana estatura”-.
La agencia de noticias France Press, recibe un mensaje: “Brigada Internacional Raúl Sendic” declarándose responsable de la muerte de Trabal.
La lógica de los hechos
Daba por tierra esta afirmación como se pretendió hacer creer a la población de Uruguay.
En Uruguay luego que los golpistas se entronizaron en el poder, la persecución se acrecentó aún más. Las cuarteles, estaba abarrotados con miles los detenidos. La oleada de emigrantes hacia otros países para evitar ser asesinados o detenidos fue incalculable.
Tontos de pensar, cometer un crimen en tierras extranjeras, que habían dado refugio y seguridad los expondría a todos por igual. Y no estaba la cosa para ello, a duras penas se llegó casi con lo puesto.
A Raúl Sendic, líder indiscutible de la Organización tupamaros, que había sido detenido mediante un enfrentamiento (el único) de los dirigentes, lo tenían a esa fecha en condiciones infrahumanas.
Una acción de ese tipo, lo sentenciaría a la muerte definitivamente.
Un periodista investigando.
Richard Gott en The Guardian londinense dijo: que todas las investigaciones que había llevado a cabo en Paris, daba como resultado que las sospechas del asesinato de Ramón Trabal- “recaían en el gobierno uruguayo o la CÏA”-.
Este periodista mantenía seguidas conversaciones con Trabal previo a su muerte. En ellas le trasmitía el gran entusiasmo que tenía por el proceso en Portugal de la Revolución de los claveles, llevada adelante por los capitanes de ese país, que habían logrado mejoras económicas y sociales.
A la vuelta.
Ramón Trabal estaba a término de su pasaje por Francia y el regreso a Uruguay era cosa de poco tiempo.
En Uruguay le esperaba el ascenso que lo convertiría en general y por tanto tendría injerencia en el curso de la política oficial emprendida el 27 de junio de 1973.
Con mando de tropa y oficialidad a su vuelta, era un peligro para los intereses golpistas y para los intereses yanquis.
A fines del año 1979, se filtraron algunas noticias de un documento secreto de la comisión de asuntos extranjeros del Senado de los EEUU, donde se dice que el asesinato del coronel Ramón Trabal en París, en 1974, pesa sobre la conciencia del Cóndor”-
El vuelo del Cóndor de Argentina a Uruguay.
El 20 de diciembre, (al día siguiente del asesinato de Ramón Trabal en Francia), aparecen en Canelones, localidad de Soca los cuerpos sin vida de los compañeros tupamaros: Graciela Estefanell Guidali (34años), Héctor Brum Cornelius (28 años)
y su esposa María de los Ángeles Corbo Aguirregaray (26 años, embarazada de cinco meses), y Floreal García Larrosa ( 31 años) con su esposa Mirtha Yolanda Hernández
(28años), el niño de ambos Amaral de tan sólo 3 años fue secuestrado hasta 1985 en que fue restituido, mediante la búsqueda sostenida, siendo Germán Araújo el principal hacedor de la investigación y posterior recuperación del niño.
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Todos ellos habían sido secuestrados en Argentina.
Entre los secuestrados estaba Julio Abreu, único sobreviviente que por cosas del destino ese día del secuestro, se encontraba en una reunión familiar con los compañeros.
Tormentos aberrantes, traslados hasta la muerte fue la sentencia dada por el Cóndor.
34 años después. Año 2008.
Julio Abreu que hasta entonces convivía con el horror de haber sobrevivido (no era militante) decidió narrar la historia de lo vivido.
Se presentó ante la justicia.
El coronel Jorge "Pajarito" Silveira, (hoy tras las rejas) admitió que a los fusilados de Soca los trasladaron ilegalmente a Uruguay desde Argentina. Además, admitió que en 1974 habían fusilado a los cinco militantes tupamaros que aparecieron acribillados en Soca. Como supuesta represalia por aquel homicidio, (Trabal), fueron ejecutados y sus cuerpos arrojados en las cercanías de la ciudad de Soca en diciembre de 1974.
Se reabre la causa y esta vez seguramente los responsables (que algunos de ellos viven), irán tras las rejas a pagar sus crímenes.
Les dejo las últimas palabras de la compañera Graciela Estefanell; que le pronunció al único (que posteriormente fuera sobreviviente de ese fusilamiento Julio Abreu) antes de ser asesinada:
“Lo único que te pido es que cuando salgas le avises a la organización que no se habló nada, que no se dijo absolutamente nada ni nada por el estilo. Que no somos traidores, que echamos para adelante".
¡Gracias compañera por tu valentía y compromiso!
¡Habrá Justicia!
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