lunes, 6 de septiembre de 2010

Historia que se mete en la piel.

Las nuevas generaciones, heredaron la masacre de nuestra generación, heredaron quieran o no, la derrota de nuestro proyecto político- social. Heredaron el conocimiento del horror.
Las marcas de la Memoria se heredan...
De generación en generación, siempre están presentes, estés en dónde estés.

Puede ser más leve o más profunda; sólo eso.

De allí que los juicios logran dar un efecto sanador no solo para los/as que vivimos directamente aquel tiempo de barbarie.

Sino además oficia de salvaguarda de la memoria.

Porque deja huella en la historia.

Logra de alguna manera, revertir lo siniestro, dándole el castigo necesario a los perpetradores y colocando a las víctimas en un lugar de dignidad.

El, o los juicios en marcha logran demostrar a su vez, que esa derrota del proyecto frustrado, no es definitivo.

Que regresa un orden a la sociedad que fue alterado, colocando a las nuevas generaciones en

Mejor perspectiva de crear su propio proyecto de vida, seguramente con nuevos cometidos.

De allí la importancia de que los juicios tengan cada vez, más fuerza, mejores instancias que involucren a más actores. Pero eso sí... que tengan como soporte ineludible la ética, el compromiso, el acierto de que se trabaja con esmero y convicción.

Entonces habremos dado desde todos los lugares, señales claras de que aún es posible seguir

Creyendo en la justicia.

Y que los crímenes de Lesa Humanidad siempre serán motivo de castigo.

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