"A la muerte física, los verdugos agregaron la segunda muerte del olvido y el anonimato" Luis Sepúlveda.
sábado, 8 de enero de 2011
Otra vez?
Los estados llamados democráticos, siempre han difundido la idea de que todos somos iguales ante la ley.
Y es allí que el estado se convierte en un gran gendarme para llevar adelante ese falso legado.
Los derechos de los habitantes o ciudadanos de ese territorio, pasan a dormir la larga siesta sabiéndose “cuidados” “protegidos” salvados en una palabra de no se sabe a ciencia cierta de quien; en muchas ocasiones.
Repensemos.
Las últimas dictaduras militares vividas en la región en el siglo pasado, dejaron sus terribles secuelas hasta nuestros días.
Un fractura social que aún convive en el entramado de las familias, la sociedad toda.
En su germen como producto de aquel corte trasversal impuesto, quedó carcomiendo y mutando: la impunidad.
Ya nada sería igual.
Los crímenes cometidos a través del estado totalitario pasó a naturalizarse y por ende a mutarse en el estado democrático o representativo.
Trepó y saltó alegremente para continuar su acción de carcomer los pocos cimientos que se habían salvado, luego de la catástrofe social de los años de plomo.
El objetivo del germen restaurador criminal fue despejar el camino de seres opositores.
Los encarceló, a otros los asesinó, y a casi 200 en nuestro caso los hizo desaparecer.
Y a otros los convirtió a su doctrina, dejándolos congelados para cuando fuese necesario darles el “calor” del poder y así seguir permaneciendo. El motor principal siempre económico ligado a los grandes y voraces capitales se instaló, se desarrolló y se multiplicó como siempre para unos pocos.
Luego de su siguiente etapa, porque (siempre es voraz y despiadado el plan), avanzó más. Descongeló a su retaguardia con el calor del poder, y se profundizó; pero esta vez
Camuflado (había aprendido la lección de los costos).
Sin embargo el organismo en este caso el conjunto de una buena parte de la sociedad, aún mantiene reservas intocadas. Producto de viejas épocas -del fragor de las luchas- que no se rinden o se seducen al canto de sirenas.
Que lograron conservar los antídotos necesarios para no “ser comidos” por el germen de la impunidad. Y que exigen, que rindan cuentas aquellos que ayer cometieron los crímenes más abyectos en nombre de la patria.
El viejo león desmelenado y su manada de ovejas.
Los recientes gobiernos progresistas, que no de izquierda, encontrarían en su camino una piedra que rompería la suela de sus tacones.
Esa piedra era el tema Derechos Humanos en relación especialmente al pasado reciente.
La actitud ambigua, permanente saltando de un lado a otro en la manada de ovejas al rugido del viejo león desmelenado, ha dado como resultado más contradicciones que soluciones.
No se desconoce que alguna medida haya sido positiva y de aliento, pero… siempre viene con el aditivo de que puede ser riesgoso avanzar más.
Así es que aún, a tantísimos años de los sucesos trágicos; el germen que trepó y saltó, sigue vivo entre nosotros.
De lo contrario no deberían temerle ¿o no?
Sol y playa y la puñalada trapera.
Bien se sabe que las vacaciones estivales es la puerta fantástica para decir y meter de prepo todo aquello que en actividad no se puede.
La prensa anunció que el vicepresidente Astori - propone “zanjar” la discusión por la ley de caducidad derogándola en el parlamento con el mayor respaldo político posible”-
Diccionario: zanjar: solucionar, resolver, solventar, despachar, concluir, acabar, terminar.
Sin embargo suena más a antónimo: entorpecer, complicar.
Todos sabemos a esta altura del problema que derogar no tiene efecto retroactivo, sería algo así como borrón y cuenta nueva.
Y luego muy presto y contundente salió al ruedo el senador Eleuterio Huidobro ávido para apoyar dicha propuesta: “no hay problema dijo”.
Así que resumiendo… porque no se olviden que estamos de vacaciones, mientras nosotros sol y playa… la puñalada trapera está por venir.
Las excavaciones tienen vía libre para este año que ya entró. El desentierro dará o no nuevas pistas, el parlamento se pondrá entre otras cosas a cocinarnos a fuego lento. ¿Quedará alguna chispa que encienda los corazones y exija el paso de la justicia?
Por Verdad Y Justicia!!!
¡No dejaremos a nuestros muertos solos otra vez!
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