martes, 7 de febrero de 2012

Antígona Oriental comentario de Jorge Zabalza y Verónika Engler


Queremos felicitar calurosamente a las compañeras que participan en la obra Antígona Oriental y por supuesto a los hombres que actúan en ella, al director y a todos y todas las que colaboraron en la misma.

Desde lo profundamente humano nos trasmiten un mensaje clarísimo enfocado desde un tema de género y político. Rescatan parte de la historia que hoy nos quieren arrebatar, hecho que pone de manifiesto la valentía y grandeza de estas hermosas mujeres. Una prueba más de que el pasado no puede ser olvidado, el presente es una mixtura de nuestra historia, los caminos que escogimos y la realidad que hoy enfrentamos.

Este grito de resistencia que las compañeras nos entregan convertido en arte, en saber adquirido mediante la dura experiencia del pasado, un pasado que choca de frente con un presente ficticio, un presente en el cual nos quieren imponer la cultura del “perdón” mediante el olvido, el engaño y la negación, se convierte en un legado valiosísimo, una responsabilidad y un reto para las nuevas generaciones.

Quisiéramos que todas y todos pudieran llegar a verla, lamentablemente el domingo fue el último día que se mostraba en el Solís. Presentaron ocho funciones con las entradas totalmente vendidas, el público aplaudió de pie invitando a las y los artistas a saludar repetidamente bajo una lluvia de claveles rojos. Es una experiencia que no vamos a olvidar y que recomendamos desde lo más hondo del corazón y lo más lúcido de la cabeza.

Jorge: Como preso político, que debo mi libertad a quienes lucharon por ella, me sentí totalmente identificado y conmovido con el grito de rebeldía de las compañeras. Creo lógico y natural que fueran mujeres las que golpearan las conciencias de los que sirven al poder económico y político, ese poder que tiene rostro de hombre y de verdugos implacables.

Veronika: Como hija de un rehén de la dictadura me sentí plenamente representada en la sensación de desamparo y vulnerabilidad que en el agudo dolor levantó barreras de supervivencia y distintas formas de resistencia. Pero más importante aún, es que me sentí igualmente representada como mujer, como uruguaya, como latinoamericana y como ser humano real y político.

Gracias compañeras por rescatar y devolvernos la esperanza.

Jorge Zabalza y Veronika Engler

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