jueves, 4 de agosto de 2011

perdón” (Alberto Breccia – Secretario de Presidencia)

“La única forma de cerrar heridas del pasado es trabajar sobre el tema del perdón” (Alberto Breccia – Secretario de Presidencia)
Las declaraciones de Alberto sobre el tema del “perdón” son más extensas y son reproducidas, en sus aspectos principales, por la respuesta de Martha Passeggi, a la que por demás, adhiero completamente.
Sin embargo, creo que vale la pena reparar en otros perfiles del tema, que están apareciendo recurrentemente en declaraciones de personajes oficiales, tales como el carácter “santo” de la propiedad y ahora el del“perdón”, conceptos que al margen de la opinión que tengamos sobre ellos, lo menos que se puede decir es que son impropios en boca de representantes de un Estado laico.
La otra curiosidad que observo es que se pretenda extender un certificado de perdón a aquellos que no lo piden.
De mis años mozos en el Penal de Punta Carretas, recuerdo anécdotas de presos viejos sobre un veterano que ostentaba el récord de permanencia entre rejas. Según contaban, había estado recluido 42 años por haber asesinado a puñaladas a una familia de campaña. En la oportunidad se había escapado un negrito, criado por la familia masacrada. Con el paso de los años, se consideró la posibilidad de concederle la libertad. Ya estaba muy viejo, enfermo y nada justificaba mantenerlo encerrado. Pero la libertad se difería porque cada vez que los criminólogos hacían la entrevista previa a la liberación, le preguntaban qué cosa haría al reintegrarse a la sociedad. La respuesta era invariable: “Buscar al negro que se me escapó”. Pasaban los años y el hombre se mantenía en esa tesitura. Finalmente, como no sabían como sacárselo de encima, le concedieron la libertad sin que cambiara de opinión, con un cáncer terminal que acabó con su vida poco después de soltarlo.
La moraleja es clara: se puede ser un psicópata sin dejar de ser un hombre de carácter.
Esto puede ser de utilidad para ilustrar sobre la singular paradoja que encierra este pretendido “perdón” sobre el que Breccia propone “trabajar”. Quiénes fueron los brazos ejecutores de la dictadura entienden que no hay nada que perdonar, que tanto las torturas como las desapariciones forzadas fueron consecuencia de un enfrentamiento para el que fueron convocados. En todo caso –según su opinión- quiénes deberían pedir perdón a la sociedad son aquellos que trajeron la violencia a una sociedad que reaccionó con los medios que tenía a su alcance ante la agresión de que era objeto. Las pocas autocríticas que se han hecho públicas por parte de algunos represores de aquella época, apuntan a reprocharse por no haber hecho un trabajo más completo y haber dejado “puntas” que hoy los vuelven vulnerables. En otras palabras, a “haber dejado escapar al negro”. Y ese es un pensamiento mucho más extendido de lo que se cree.
Hace un momento escuché al presidente Mujica decir que con el estallido de la crisis en los países centrales “la derecha se ha quedado sin teoría económica”, palabras con las que concuerdo en términos absolutos. Pero la tragedia de esta época –tan llena por otra parte de oportunidades- es que es la izquierda la que se ha quedado sin teoría política. Y la mejor manifestación de esa crisis es que estemos polemizando sobre temas que era impensable que admitieran disenso entre nosotros.
El sábado 30 de julio los propulsores de la baja de la imputabilidad penal realizaron una exitosa jornada de recolección de firmas. Tan exitosa que los dirigentes políticos (particularmente los que responden a Pedro Bordaberry) trataron como héroes a los brigadistas y propusieron hacerles un homenaje por el sacrificio que significó mantenerse estoicamente en las mesas con tan bajas temperaturas.
No hay que ir muy atrás en el tiempo para recordar las interminables jornadas de recolección de firmas que durante más de un año nos encontró en las plazas interpelando a nuestra gente. Hubiera sido un ejemplo edificante que al igual que hoy lo hace la derecha (que es la que está reconstituyendo aceleradamente su agenda política) hubiera habido un reconocimiento a los que salían a batirse por una causa que se ignoró y boicoteó (a menudo sutilmente) desde las alturas. Como para decir con el anónimo recopilador de la saga del Cid Campeador: “Oh mi Dios que buen vasallo, si tuviera buen Señor”.
Salud, compañeros. López Mercado "el negro"
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POR LAS ACTIVIDADES EN QUE OPTÉ PARTICIPAR Y CONTRIBUÍ A IMPULSAR DESDE QUE DEJÉ TODA ORGÁNICA POLÍTICA ELECTORAL, HE TRATADO DE NO DAR OPINIONES PÚBLICA QUE ENFRENTARAN COMPAÑEROS. POR LO MENOS EN LOS TEMAS GUBERNAMENTALES. TOTAL, NOSOTROS...LOS TUPAMAROS, NUNCA CREÍMOS QUE LA DEMOCRACIA BURGUESA DIERA SOLUCIONES A LA INJUSTICIA SOCIAL.
Y ES MENTIRA QUIENES DIJERON ( SEAN LOS EXPRESOS O NO Y DEL CARGO POLÍTICO QUE TENGAN) PORQUE MINTIERON EN UNA REPRESENTACIÓN QUE NUNCA LE DIMOS "QUE NOSOTROS ACTUAMOS COMO GRUPO "PREVISOR ANTE EL GOLPE". LOS QUE TUVIMOS EL MISMO COMPROMISO SUFRIMOS TALVEZ LO MISMO . DICHO ESTO EN LO GENERAL, EN LO PARTICULAR QUE DICE LA CARTA DE LA COMPAÑERA MARTHA PASSEGGI LA COMPARTO PLENAMENTE!!!

ES UNA VERGUENZA QUE COMPAÑEROS EXPRESOS SIRVAN DE MANDADEROS DE TANTA INNOMINIA. PERO NO ES ADMISIBLE BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA EN DECIRLO EN NOMBRE DE LOS MUERTOS,DESAPARECIDOS, Y TORTURADOS . ADEMÁS ES PELIGROSO. PUEDE DESATAR MUCHA BRONCA ACTIVA...COSA QUE HASTA AHORA, LOS SOBREVIVIENTES SUPIMOS CONTENERNOS.
ALFREDO
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Difundirlo es sembrar Memoria.

Hablemos del perdón señor Breccia.
Usted lo pedirá en nombre de quien?
¿De los criminales? ¿De las víctimas?
¿Del estado que se convirtió en terrorista?
Usted manifestó en un programa televisivo que: la "única forma" de comenzar a cerrar heridas del pasado es "trabajar sobre el tema del perdón"en la sociedad, pero admitió que esa "es un tarea muy difícil".
Con esa afirmación da la impresión que usted ya perdonó. La pregunta que sigue es saber:
¿En nombre de quien lo hizo?
Y luego pone en esa conversación estos otros elementos:
-“El secretario de Presidencia dijo que en más de una oportunidad les
manifestó a las distintas organizaciones de familiares de desaparecidos
en dictadura que está "absolutamente seguro" que hay una "inmensa
mayoría de gente" - sobre todo la "más carenciada, de menores
recursos"- que "nos diría que ese tema (de los derechos humanos) ya
les dejó de interesar" y que preferiría que los dirigentes políticos "nos
aboquemos enteramente a solucionar sus problemas", otros asuntos
más "urgentes", entre los cuales mencionó los de vivienda, salud,
educación y la crianza de sus hijos”.-
Con estos argumentos puestos sobre esa mesa se podría también suponer que usted pedirá perdón a toda la sociedad: por la miseria, la falta de empleo, la pobreza extrema, los negociados espurios cometidos durante el proceso cívico-militar de entonces…
Y en otro tramo de su conversación dice: "Es muy duro lo que estoy diciendo…
No señor Breccia. Lo que usted menciona como “duro” se llama ofensivo, ultrajante, hacia todos los familiares de las víctimas, y de los luchadores sociales de entonces. Y le agregaría: hacia toda esa sociedad que nació en la indigencia más vergonzosa a causa de los que usurparon el poder durante una década. Y que los condenó a nacer y vivir en la miseria, sin saber quienes eran los responsables…esos a los cuales usted quiere que se los perdone señor.
Luego afirma de su convencimiento sobre este pensamiento que desarrolló tan fervorosamente.
Es extraño todo esto… da la impresión de que todas las responsabilidades del pasado se hayan dirimido en pactos secretos o cálculos políticos donde los muertos de un lado los volvieron a enterrar esta vez con discursos conciliatorios y de perdones.
Y luego continúa ahondando las heridas de las víctimas cuando dice:
"No podemos convencer de esta posición a quienes siguen buscando justicia", reflexionó.
¿Acaso la justicia no es un bien de la sociedad democrática que usted dice profesar? ¿O esta herramienta del estado -ahora progresista- no le satisface señor?
Y para el final discurrió sobre fantasías que quizás la gente (que quiere justicia) le pedirá que los lleve “de un lado a otro” a los criminales de delitos de lesa humanidad…. “No habrá paz” remata diciendo usted señor. Y la frutilla de su propia torta, termina diciendo que: en su entorno familiar que vivió las consecuencias de la dictadura (por su culpa agrego yo) ya perdonó…. No es así (le aclaro ) su propia hermana, que dignamente hoy en su programa desenvainó una larga exposición sobre sus palabras señor.
Hablemos del perdón señor.
Pero eso sí… si hablamos de perdón trae consigo la culpa señor.
Entonces hay culpables, usted lo sabe como un millón de almas los sabemos.
Si hay culpa hay arrepentimiento o expiación de esa culpa…
Los criminales no han dado ninguna señal de decir la verdad de los asesinados por ellos, de los desaparecidos que aún lo siguen siendo, de las torturas aberrantes que aplicaron, de los niños que fueron secuestrados, de los desfalcos económicos que nos empobrecieron por décadas a todos.
Someter a una sociedad a la reconciliación sin saber la verdad, sin que se aplique la justicia a los crímenes cometidos por los agentes del estado es un despropósito incalificable.
Ese perdón del que nos habla usted y sus seguidores es un escándalo a la razón, es por decirlo de otra manera un pasaporte a los criminales para darles la tranquilidad de que vuelvan a cometer lo mismo cuando lo deseen.
Usted está dejando a la sociedad sin memoria, sin historia.
Lo que no pudieron ellos (los responsables de los crímenes), usted le facilita el camino.
A la muerte física los verdugos agregaron la segunda muerte del olvido y el anonimato. Luís Sepúlveda.
La transición de la dictadura hacia la llamada democracia no solo hizo forzar el olvido mediante el miedo, sino que se fue enquistando la impunidad en todo este largo período, usted lo sabe.
A las generaciones que nos sucedieron y las que vendrán ¿que les dirá? Recuerde señor, que las fuerzas armadas en conjunto con civiles cómplices, se enfrentaron a la sociedad toda y nos sometieron a la barbarie y la sevicia.
Se está dejando como legado que hacer sucumbir a la justicia y a los valores morales es una actitud altruista en nombre de la paz.
Es un forma de resignación impregnada de una impunidad abrumadora, que solo sigue negando la violencia de ayer, de hoy…del mañana.
Usted será responsable.
Por Verdad y Justicia. Im memoriam de los compañeros/as.



MARTHA PASSEGGI.
reportera-gráfica.

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