miércoles, 10 de abril de 2013

Solo muere aquel que se olvida.


Falleció el querido compañero Sergio López Burgos, sobreviviente uruguayo de la Operación Cóndor y ex detenido de Automotores Orletti.
Sus restos están siendo velados en la empresa Abatte ( BUCEO) hasta las 11  horas.
HASTA SIEMPRE COMPAÑERO!!!

Solo muere aquel que se olvida.

Editorial. Martha Passeggi reportera-gráfica.



Con solo 21 años, fue secuestrado  en el vecino país; Argentina en 1976,  Sergio López Burgos, más conocido afectivamente como “Pipí”.

Hacia ese lugar había llegado escapando,  de una nueva sección de tortura que ya había recibido cuando fue detenido en Inteligencia y Enlace - una vez dado, el golpe de estado en nuestro país: Uruguay-.
Allí en jefatura, lo mantuvieron durante 5 meses en el año 1975 contaba él,  en un reportaje hace ya;  mucho tiempo.
Militaba en la resistencia contra el  golpe de estado cívico-militar, concretado finalmente el 27 de junio del año 1973.
En esos párrafos del reportaje, comenta que trabajó en una fábrica textil: PUASA.
Y luego del proceso de apertura hacia la democracia,  fue vendedor de libros entre otras actividades.
Sus gustos personales;  hincha del club de fútbol Peñarol, del rock emergente de los años 90. 
Y nada menos que fundador  entre otros  del Partido por la Victoria del Pueblo.
definiéndose  hace un tiempo atrás, como frenteamplista independiente.

Una vez que logró escapar al vecino país, se integró a  rearmar junto a otros militantes; la resistencia y organizar la solidaridad hacia su país natal, que ensombrecido por las persecuciones y detenciones masivas daban cuenta de una escalada terrorista sin límites.
Pero el operativo Cóndor lo sorprendería (como a cientos de uruguayos) en la emboscada planificada por la coordinación  de los gobiernos militares rampantes de la época infame.
Allí fueron  secuestrados muchos uruguayos, y  latinoamericanos de buena parte del continente.
Llevados a centros clandestinos, dónde  la tortura se convirtió,  en el martirio diario de las vidas de muchos jóvenes. Entre ellos;  “Pipí” fue uno más.
15 días soportando las torturas propias y ajenas. La demolición aberrante a los seres humanos allí secuestrados, humillados, llevados hasta lo más hondo del terror y el dolor.  Militares uruguayos que cruzaron las fronteras para secuestrar y asesinar, en nombre de la patria.
Allí permaneció junto a otros compañeros en la automotora Orletti – como se la conoce luego de las investigaciones y,  posteriormente fueron trasladados nuevamente a Uruguay.  En un vuelo clandestino llegaron y fueron llevados a dos  centros clandestinos acá. 300 Carlos y al edificio de Bulevar y Palmar (CALEN).

Su compromiso.

Tuvo que volver a irse del país, en el año 1981 cuando le dan la libertad vigilada.
para evitar ser desaparecido; las redadas de detenciones seguían en curso.  Regresa en el año 1985 con la primavera democrática, así llamada en su momento.
Fue incansable luchador por los derechos humanos, investigó y hurgó cuando archivo estuvo a su alcance.
Reformulaba estrategias para  quebrar la impunidad establecida. Presentó causas acá y en Argentina. Un compañero Imprescindible.
Su muerte es pasajera… porque seguramente otras/os tomaran su camino para lograr
Verdad y Justicia.





   


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace muy poco murió en Uruguay Sergio Lopez Burgos, Cacho, como yo lo conocí. Desde hacía casi 2 meses le enviaba mensajes y lo llamaba, pero el no me atendía, ni respondía...
Ayer, recibí en casa un llamado de quien fuera su última esposa, al menos, por mi conocida. No habló conmigo, le contó a mi esposa, que Cacho había fallecido hace casi 2 meses...
Conocí a Cacho apenas salido de la cárcel cuando arribo a Viena, en Austria, refugiado y exiliado por decisión de quienes por entonces digitaban los destinos de Uruguay.
Desde el primer día armamos vínculo, yo era uno de los pocos que hablaba alemán, o mejor dicho, chapuceaba mejor el idioma que el resto; aparte de eso soy argentino y de alguna manera Cacho nos quería, pero por sobre todo aparte de esta verdad... Eramos muy amigos de su mujer e hija... habíamos armado junto con mi pareja un vinculo muy fuerte con ellas, que habían viajado en condición de refugiadas desde Buenos Aires a Viena... Las acompañamos y apoyamos mucho durante el tiempo que no se supo nada de él, y luego, cuando se supo que estaba en una cárcel de Montevideo.
Desde el primer día que piso Austria, me pidió que lo acompañara a hablar con la asistente social, con la gente del ministerio de interior, con cierto periodista de Le Monde, con la gente del Sozialistische Partei Österreich -SPÖ- o con quienes recorrían por entonces el mundo buscando testimonios... con cualquiera que pudiera contar su historia y pudiera hacer algo por el resto de la gente que quedo allá en Montevideo, o de aquellos de los que nunca más se supo nada...
Cacho fue secuestrado en Buenos Aires, lo tuvieron en Orletti, y fue llevado a Montevideo en el marco de ese acuerdo militar que se llamo el Plan Cóndor. Llegó a Austria con la mandíbula reconstituida... con varias historias y cicatrices en su cuerpo y alma...
Fue un luchador imponente, defendió con su vida su ideología, y por eso siempre tuvo mi respeto y cariño. Lo acompañe en todo lo que pude, y en todo lo que yo también creí.
Volvió a Uruguay luego de la vuelta de la democracia, como muchos de nosotros, algunos antes... otros después...
No le fue fácil "reconstituirse" -no soy de aqui... ni soy de alla...-, y padeció la lucha por rebuscarsela al igual que muchos otros, pero nunca dejo de denunciar lo que padeció, la injusticia de "la impunidad del Estado", la "responsabilidad" del Estado, que torturó, mató, secuestró y desapareció, a militantes, a inocentes, y a recién nacidos, que pertenecen a una categoría especial, y por ello la perversidad de aquellos a los que nunca se perdonara.
Aprovechó cada espacio de esta democracia para denunciarlos, no sólo en Uruguay, sino que protagonizó las denuncias en nuestro país en las causas que aún siguen cargando expedientes de policías y militares...
Este es mi terrenal homenaje para vos... Porque no pude despedirme... Porque ya te extraño querido compañero, querido amigo del alma... Como decía Machado, y cantaba el Nano... querría desamortajarte, y regresarte...
Hasta siempre Cacho... Hasta la victoria siempre!
El tanito