viernes, 6 de enero de 2012

Viviendas de Militares en Colonia.

La ciudad de Colonia del Sacramento, que fue nominada por las Naciones Unidas como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, ha tenido un cambio radical en los últimos 30 años, fundamentalmente a partir de la reestructura del barrio antiguo, que se llevó a cabo gracias al esfuerzo de una comisión de reestructura y a la valiosa colaboración del arquitecto Miguel Ángel Odriozola.
Ello trajo aparejado el interés por la compra de propiedades por parte de turistas, principalmente de Argentina, elevando los precios de las mismas. Al día de hoy, casi agotadas las posibilidades de compra de casas antiguas, se están construyendo de forma acelerada gran cantidad de viviendas, edificios y hoteles.
En el período de la dictadura, el Ejército adquirió un enorme predio en una zona privilegiada de la costa, frente al Balneario Municipal, en el que construyó gran cantidad de casas de gran categoría, para el usufructo de los altos mandos. Las mismas lucen un hermoso entorno arbolado con césped prolijamente cortado, tarea que realizan los militares de bajo rango que están al servicio de sus superiores. El valor de el complejo es difícil de evaluar, pero sin duda ha de alcanzar cifras verdaderamente considerables.
Este privilegio es pagado por todos nosotros, los ciudadanos que vivimos en el Uruguay, los trabajadores que cumplen horarios de 8 o 12 horas ganando el salario mínimo o poco más, los pequeños y grandes empresarios, los consumidores que aportan a través de impuestos y los jubilados y pensionistas que perciben sumas de miseria, hasta los ex presidentes con jubilaciones privilegiadas.
Todos debemos colaborar para el disfrute de parásitos que no se avergüenzan de su pasado y gozan de un bienestar que muy pocos ciudadanos pueden darse.
Ya ha pasado la mitad del segundo período de gobierno del Frente Amplio y a nadie se le ha ocurrido poner en el tapete esta injusticia. Se ha hablado de vender algunos inmuebles "improductivos", pero nadie le pone el cascabel al gato en este tema.
¿Es que todavía vivimos bajo el miedo.? Tal vez sea hora de ir corrigiendo estas injusticias, sería bueno que algunos legisladores se ocuparan de este tema y se desviaran esos fondos para construir viviendas para los que más las necesitan.
Ojalá que alguna autoridad recoja el guante.
Griselda Leal Rovira

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