A la opinión pública
Juzgado de 9º
Turno
Dra. Gabriela Merialdo
Presente.-
En mi parecer y
el de muchos más, estos procesos, ya tienen una resolución previa a
este interrogatorio, el propio proceso judicial es una
criminalización, es un ataque, no creo que mi declaración modifique
la resolución de la Sra. Jueza.
En una investigación plagada
de irregularidades, denunciadas públicamente y que en nada se han
revertido (interceptación en la vía pública, citaciones
telefónicas, interrogatorios políticos que poco se centraron en los
hechos de investigación), me confirman lo antes señalado, el daño
a mi persona está causado y .la criminalización de las
organizaciones a las que pertenezco, ya está hecho.
Estos
elementos y fundamentalmente amparada en el reconocido principio de
no declarar en mi propia contra y menos aún en contra de los demás
citados, sobre la base de que el Poder Judicial no es independiente
de los demás Poderes políticos, me reafirma que me encuentro en un
juzgamiento de mi forma de pensar y actuar y no de un delito, por
tanto opto por declarar lo siguiente y negándome a responder
cualquier otra pregunta.
Como testigo, no solo presencie los
hechos que se indagan (y que muchos pueden narrarlos) pero quiero
mencionar otros hechos que generaron la acción de centenares de
personas, y que en esta investigación se omiten.
Los hechos
por los cuales se nos indaga son hechos públicos, sucedidos en un
ámbito público, delante de cientos de personas, delante de la
prensa nacional e internacional.
Tienen que ver claro está, con
los crímenes de las dictaduras, pero sobre todo tienen que ver con
el presente tan plagado de impunidad y de impunes sueltos por todo el
continente. Impunes que tienen como paraíso al Uruguay. Porque aquí
tienen la “protección” de un Código Penal basado en el de
Mussolini de 1922 y la monarquía española de 1853 y en el que en el
caso de ser juzgados, serán amparados por las leyes dictadas por las
FFAA y los Pactos del Club Naval y las complicidades actuales de los
que no han ANULADO la LEY de IMPUNIDAD de 1986.
Los disidentes
políticos, sociales, acusados por el Estado fuimos desde 1970
acosados bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional. Doctrina bajo la
cual se nos persiguió, nos torturó, nos condenó, nos asesinó, nos
encarceló, nos exilió.
Este plan, conocido como Operación
Cóndor, involucró a las dictaduras militares de Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay. Los terroristas de Estado
colaboraron entre sí para rastrear, secuestrar y asesinar personas
que ellos calificaban de terroristas: activistas de izquierda,
sindicalistas, estudiantes, sacerdotes, periodistas, guerrilleros, y
también sus familias.
El “plan maestro” impulsado por el
dictador chileno Augusto Pinochet, la CIA y el ex secretario de
Estado Henry Kissinger, desde sus inicios conformó un genocidio, en
toda América Latina.
En Argentina, al menos 25 generales del
ejército están imputados en esta megacausa, y se contará con el
testimonio de más de 500 personas. Un juez federal argentino
solicitó formalmente al Departamento de Justicia del Gobierno de
Obama que permita que Kissinger sea interrogado, desde Uruguay
también se solicito su comparecencia. El Gobierno de Obama no
respondió.
Acá en Uruguay los sobrevivientes que hemos
denunciado somos más de mil personas. ¿No alcanza para instalar un
megajuicio?
Entonces en este marco, donde los familiares de
desaparecidos, siguen siendo torturados hace décadas porque los
desaparecidos siguen desaparecidos, y los asesinos y violadores
siguen impunes. ¿Que justificaría que siga aceptando que se me
interrogue por haber entrado, junto a cientos de mujeres y hombres
protestando contra un acto de impunidad de los señores miembros de
la Suprema Corte de Justicia, a la Suprema Corte de Justicia?
Hoy
somos acosados bajo la ley de impunidad y el imperio de una política
de silencio.
Los hechos por los cuales hace años, meses, semanas,
se nos está criminalizando son hechos que tienen que ver con la
estructura de la impunidad.
Fue un acto público.
Fuimos
cientos las personas que estuvimos, repudiando la dilatación una vez
más de la justicia. Porque junto a cientos de denunciantes sigo
esperando que se investigue el asesinato de Norma Cedrés, junto a
cientos espero que se indague a los torturadores de Artillería 1 La
Paloma, donde se asesinó en la tortura y donde fui torturada,
seguimos esperando que se juzgue a Armando Méndez por los crímenes
en tortura de Alter y Arteche en el cuartel Florida en 1973; parte de
estas denuncias y muchas más las tenía la Dra. Mariana Motta.
Y
hago propia la exigencia de un Juicio de excepción como el de
Nuremberg o el juicio a las Juntas en Argentina, o incluso un proceso
unificado, pero resuelto técnicamente a partir de las propias pautas
que marcaron los procesos represivos, tal cual están hechas las
denuncias, acá en Uruguay: Juicios por unidad represiva, por centros
de detención, por operativos.
Como lo hemos hecho público,
desde hace años, en síntesis, el Juicio a la Dictadura que
implique:
-Que se instale un juicio excepcional con la
participación de las organizaciones sociales.
-Que se juzgue a
los represores de forma oral y pública
-Que se los juzgue en un
marco conjunto a los más de 400 identificados
-Que se los juzgue
como genocidas
-Que se los juzgue sin prebendas
-Que se incluya
en el proceso los delitos económicos de la dictadura
-Que se
indague HOY el proyecto de violación de los derechos mínimos
individuales con persecuciones y tecnificaciones con el llamado
Guardián y la operativa CONCRETA del DOE, QUE OPERA COMO UN GRUPO de
TAREAS TAL CUAL LO HACIAN LOS GRUPOS ESPECIALES BAJO EL TERRORISMO de
ESTADO. Ya que ellos filman, fotografían e infiltran no solo las
hinchadas de futbol sino también las marchas y actos –tal cual han
reconocido voceros de la policía y ministros actuales. Violando
fragantemente el derecho de protesta y ejerciendo una presión y
amenaza a los participantes.
Acusándome y acusando a un puñado
de manifestantes se está criminalizando y revictimizando a los
testigos de delitos de lesa humanidad y de hecho negando la
existencia de la impunidad y la injusticia.
Entonces solicito se
juzguen los hechos de la Suprema Corte de Justicia en una instancia
pública, en un juicio oral y público- como se juzgan los delitos de
opinión, injuria o difamación- donde se permita que fundamentemos
las razones de un acto.
Porque sino se nos está prejuzgando, se
está tergiversando hacia la sociedad, el sentido fundamental de los
hechos, inculpando a un núcleo reducido de personas –no casual- se
le quita el carácter masivo, se limita el derecho a la protesta
contra las injusticias de ayer y hoy porque los delitos de lesa
humanidad se están prolongando en el tiempo.
Y que sea la gente
común y corriente que juzgue con oído propio lo sucedido.
P.D.:
Estas líneas las escribí en mayo cuando fuimos titular de diarios y
TV. Hoy jueves 01 de agosto 2013, vuelvo a enterarme por la lectura
en TV de los titulares del diario El País que seremos citados
durante la próxima semana, y que seré citada el lunes.
Pensemos:
¿si es pública la captura de nuestra presencia el lunes 15, no es
claro que estoy prejuzgada públicamente sin que haya sido siquiera
notificada? Reafirmo entonces que el juicio sea oral y público.
Atte. Irma Leites.
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Compañeras. compañeros
Hoy tal cual lo habíamos planteado hoy
fuimos al juzgado y ahí hubieron decenas de firmas de que YO TAMBIÉN
ESTUVE en la Suprema Corte, mujeres y hombres que no permitieron
tergiversar la historia. Se presentó por escrito esta afirmación de
que no fue un puñado que repudió en febrero la muralla de la
impunidad.
Les envió lo que hoy entregué a la
Jueza Merialdo y al Fiscal Zubía. No contesté lo que hice dentro de
la SCJ porque TODO ESTA FILMADO. Es una parodia. Hace 40 años que
esperan familiares y torturados y los tiempos de la impunidad son
eternos: JUSTICIA QUE TARDA NO ES JUSTICIA. Y declaré que a la SCJ
fui convocada por la memoria, por Gatti, por Elena, por Chavez Sosa.
Como broche de oro de esta situación
al retirarse (un compañero enfermero del Hospital de Clínicas) de
la concentración del juzgado en Misiones y 25, fue interceptado por
una camioneta articular de Inteligencia y llevado a la calle
Maldonado donde se lo acusó de haber amenazado a Mujica. Luego fue
dejado en libertad porque "se comprobó que no era él". Se
fijaron en las cámaras en la Torre Ejecutivo y los vídeos del
juzgado, donde en directo los servicios nos miraban! ¿Qué tal? Al
principio se confundieron de persona...pobre inteligencia!!!
Continuará...
Un abrazo.
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