La memoria garantizada.
Cuantas veces nos han dicho que había llegado el fin de las
utopías, el fin de la historia, el fin de la memoria. ¿Cuantas veces?
Las marchas de los
estudiantes es la forma más vital del presente y también del futuro, como nos canta Daniel
Viglietti: “ Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura”…
Desde los años oscuros que vivió nuestro país, casi nunca
dejaron de manifestarse, protestar, y reclamar sus derechos de libertad ante la
opresión. Antes lo fuimos los de la
generación del 60-70, luego lo fueron los de ACEPP-FEUU en el preámbulo a la democracia y lo siguieron después otras
generaciones de jóvenes. Cada una de esas oleadas generacionales acuñó la memoria de los mártires
estudiantiles del 68, sorteando así, los malos augurios de la desmemoria
anunciada por los enemigos de siempre y por los nuevos olvidadizos del presente.
La cadena de información de ese pasado luctuoso, llevó dentro el germen
de la lucha y de los valores éticos de los postulados de entonces.
Aquellos primeros mártires estudiantiles asesinados bajo el
gobierno del Pachecato, fue el comienzo de una larguísima lista de
nombres que fueron engrosando, durante
todo el período dictatorial y luego en la llamada “primavera democrática”.
Nada cambia su esencia fermental, y sí cambian los tiempos,
los escenarios, las reivindicaciones.
Sólo el estigma de ser joven, es una cruz que se lleva con hidalguía,
con coraje, con alegría y con dolor también.
Son nuestro futuro, no los dejemos solos.
Martha Passeggi
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