La jueza Mariana Motta ha sido trasladada a un juzgado civil.
Ya había sido perseguida durante buena parte del año pasado, por tener 55 causas de DDHH.
Su ejemplar actuación en esta materia le resultó estar en la mira de muchos implicados en delitos de
aberrantes torturas; durante el proceso del terrorismo de estado en las décadas del 70-80.
Y sumado a la indiferencia de actores políticos, que no han hecho nada para evitar este desenlace
que compromete el destino de todas esas causas.
Las organizaciones de DDHH deberán expedirse ante este atropello.
Solidaridad efectiva, ni un paso atrás.
Por Verdad y Justicia!
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