lunes, 16 de julio de 2012

El coronel (r) Eduardo Ferro fue jefe del Batallón de Contrainteligencia Militar,



Eduardo Ferro 
Capitán
(llegó a Coronel)
(Fuerza)
Jefe del Batallón de Contrainteligencia Militar
Ejército Uruguayo

Eduardo Ferro


El coronel (r) Eduardo Ferro fue jefe del Batallón de Contrainteligencia Militar, integró el SID y la OCOA y recibió un curso en la Escuela de las Américas en Estados Unidos.
Fue el autor material de la muerte del escribano Fernando Miranda en Uruguay y actuó dentro de la Operación Cóndor. En Argentina fue responsable por la tortura de Andrés Bellizi y Jorge Goncalves, entre otros. Fue el que dispuso del cuerpo de María Claudia García Irureta-Goyena de Gelman, secuestrada embarazada en Argentina y posteriormente asesinada. También participó en el traslado de Universindo Rodríguez, Lilián Celiberti y sus dos pequeños hijos, cuando fueron secuestrados en Brasil en 1978.
El coronel (r) Eduardo Ferro es un peso pesado de la represión. Desde su puesto de mando en la Compañía de Contrainformación participó en varios operativos de secuestro y tortura de militantes políticos y sociales.
El caso más notorio por su repercusión internacional, fue el secuestro en la ciudad de Porto Alegre (Brasil) donde vivían exiliados, Universindo Rodríguez Díaz, Lilián Celiberti Rosas y los dos hijos menores de ella. Pero Ferro estuvo vinculado a por lo menos dos casos más, según consta en denuncias ante organismos de DDHH y ante la propia Comisión para la Paz que luego terminaron con la desaparición de los detenidos.
Ferro es un militar altamente entrenado, formado en contrainteligencia y es además un experto karateca.
El operativo más notorio en el que está plenamente comprobada su participación es el secuestro y tortura de Rodríguez, Celiberti y los dos pequeños hijos de esta última.
Según se documenta en el “Uruguay nunca más”, se trató de un operativo conjunto uruguayo-brasileño, bajo la responsabilidad de la Compañía de Contrainformación del Ejército uruguayo, que lo denominó “Operación Zapato Roto”.
El hecho pudo conocerse en todos sus detalles luego de la deserción del soldado fotógrafo Hugo García Rivas, quien prestó muy amplias declaraciones ante el Sijau. El procedimiento quedó bajo el mando del entonces capitán Eduardo Ferro y se utilizaron tres vehículos: un camión de tres toneladas cedido por el capitán Armando Méndez, a la sazón interventor de la Comisión Administradora de Abastos (CADA), en el que se trasladó a cuatro miembros del PVP detenidos en Montevideo; una camioneta “Kombi” de color amarillo y un Fiat 128. Al parecer, desde la frontera uruguayo-brasileña del Chuy los principales integrantes del operativo habrían sido trasladados a Porto Alegre en vehículos de la policía brasileña. Los oficiales que ingresaron a Brasil fueron Ferro y el capitán Glauco Yannone, que lo hicieron con documento falsificado por el mismo fotógrafo García Rivas.
El 12 de noviembre de 1978, Lilián Celiberti fue detenida en la calle por personas vestidas de civil, que se identificaron como policías. Fue llevada a una unidad policial de esa ciudad donde se encontraban dos funcionarios uruguayos.
Sus dos hijos y Universindo Rodríguez fueron también detenidos en su domicilio, por personal vestido de civil, entre los que se encontraban Ferro y Yannone.
A todos ellos los trasladaron a la Secretaría de Seguridad donde fueron torturados e interrogados. A Lilián Celiberti la llevaron a su domicilio, donde se dispuso una “ratonera”.
Sin embargo, informados de la detención, llegaron al lugar Luis Claudio Acunha y Joâo Batista Scalco, dos periodistas brasileños que fueron amenazados y maltratados por los funcionarios policiales allí apostados. Estos periodistas fueron testigos clave del secuestro. Pudieron identificar a posteriori entre sus captores a varios integrantes de la DOPS, la policía política brasileña. Además, la divulgación de la noticia provocó una importante repercusión por la gravedad de los hechos producidos y forzó a las autoridades uruguayas a reconocer la detención, salvando a los secuestrados de una desaparición definitiva. Los cuatro secuestrados fueron llevados a la frontera con Uruguay, conducidos por el comando uruguayo-brasileño. En las cabañas del Parque de Santa Teresa (Rocha) fueron nuevamente interrogados bajo tortura. Los niños fueron separados de su madre y posteriormente, entregados a su abuela. Celiberti y Rodríguez estuvieron recluidos en la Compañía de Contrainformación, en su local de la calle Colorado y luego en el Batallón de Infantería Blindada Nº 13. Permanecieron en prisión hasta marzo de 1984.
Al trascender el secuestro de Porto Alegre, las FFAA libraron un comunicado afirmando que Celiberti y Rodríguez habían sido detenidos al pretender trasponer la frontera uruguayo-brasileña con un cargamento de armas. El propio García Rivas declaró después que él había tomado fotos de armas de la Compañía de Contrainformación que fueron presentadas como pertenecientes al presunto cargamento”. *

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