Traslado. El ex integrante de la OCOA está dispuesto a pagar los gastos de traslado y el alojamiento para concretar el encuentro
Silveira quiere reunirse con Mariana Zaffaroni en la cárcel de Domingo Arena
El coronel retirado Jorge Silveira, procesado por violaciones a los derechos humanos, quiere reunirse con Mariana Zaffaroni para expresarle su verdad sobre los hechos ocurridos en 1976, que terminaron con la desaparición y muerte de sus padres.
Loreley Nicrosi |
Domingo Arena. Silveira propone que aquí, donde se encuentra recluido, tenga lugar el encuentro.
El ex integrante de OCOA, a través de su familia, está dispuesto a financiar el traslado y la estadía de Zaffaroni en Montevideo, para que se concrete el encuentro en la cárcel de Domingo Arena.
Aunque fue procesado por la desaparición de más de veinte ciudadanos uruguayos, trasladados clandestinamente desde Argentina en el llamado "segundo vuelo", Silveira quiere presentarle a Zaffaroni su versión, en un diálogo privado en el que estaría presente una periodista de LA REPUBLICA.
Mediante una llamada telefónica realizada a la Redacción, Silveira le leyó a la periodista una carta que remitirá por escrito en la que solicita se gestione la entrevista a través de este medio.
La propuesta del ex represor surgió luego de conocer las declaraciones que la nieta de María Esther Gatti de Islas le formuló a Canal 12 en Buenos Aires, en las que narró que está en la búsqueda de un posible hermano, nacido durante el cautiverio de su madre, María Emilia Islas; también quiere saber qué les paso a sus padres, dónde están, y dejó traslucir la posibilidad de hablar con los ex represores.
"Soy de la idea de que si algún día se puede saber, me encantaría saber dónde están, qué les pasó. Creo saber lo que les pasó. Pero no sé si me gustaría saber cómo les pasó lo que les pasó. Pero, por supuesto que me gustaría saber dónde están para, no sé, ir a llevarles una flor. Ir a hablar con ellos, o lo que sea", afirmó.
Encuentro
"A raíz de las declaraciones de la señora Mariana Zaffaroni a Canal 12, quien suscribe, Jorge Silveira Quesada, coronel del Arma de Artillería en retiro, condenado a 25 años de prisión por la muerte, entre otros, de los padres de Mariana Zaffaroni, (le solicita) tenga a bien gestionar una entrevista personal con la mencionada señora y el suscrito", expresa la carta leída por Silveira. Señaló que el encuentro se realizaría "en el establecimiento de reclusión Nº 8, en horario de visita y con la mayor intimidad del caso para no violentar más a la señora Mariana". Silveira subrayó que Zaffaroni "podría concurrir con su esposo y solo la periodista de LA REPUBLICA, para asegurar la reserva necesaria". "Es importante destacar que he declarado ante la Justicia mi inocencia al respecto de la falsedad del señor juez, la fiscal y también de los testigos", agregó. Tras recordar que ha solicitado sin éxito someterse al "suero de la verdad, el polígrafo o cualquier medio para llegar a la verdad, mi verdad", Silveira consideró que se puede plantear la interrogante: "¿Y entonces para qué la entrevista?". Según el militar retirado, a través de la conversación Zaffaroni en el marco de las investigaciones que lleva adelante sobre los hechos del pasado podría excluirlo de la lista de los victimarios. "Me borre de los aberrantes hechos", indicó. En su carta, el militar retirado sostuvo que la "única condición" que plantea es que la familia Silveira "se encargue de pagar el traslado, alojamiento y la estadía" de Zaffaroni. "Esto es una decisión personal y desconozco si una vez que se tome conocimiento llamará a otros actores a seguir mi camino", opinó, para luego formalizar la solicitud de que este medio gestione la entrevista.
MARIANA
Mariana Zaffaroni es hija de María Emilia Islas de Zaffaroni, detenida en Automotora Orletti, en Buenos Aires, y trasladada al Servicio de Información y Defensa (SID) en Montevideo, donde fue asesinada, según algunos testimonios, después de dar a luz a un segundo hijo.
Mariana Zaffaroni tenía un año y medio cuando sucedieron estos hechos y según el testimonio de Miguel Furci, ex agente de la SIDE, María Emilia Islas de Zaffaroni le entrega a Mariana en la escalerilla del avión, cuando está a punto de ser trasladada en el segundo vuelo a Montevideo, y le pide "que la cuide bien". Desde entonces Furci se apropió de la niña. A mediados de los 80, ya terminadas las dictaduras en Argentina y Uruguay, se descubre la apropiación, y Furci huye a Paraguay con la joven, que no aceptaba entonces la situación.
En 1992 el ex represor es detectado en Paraguay y extraditado a Argentina, y la Justicia procede a restituirle la identidad a Mariana. Tiempo después inicia sus primeros contactos con su abuela materna, María Esther Gatti de Islas.
Poco a poco Mariana comenzó a aceptar su realidad, interesarse por sus padres biológicos y a buscar la verdad. Participó junto a otros jóvenes recuperados en la convocatoria para anular la Ley de Caducidad en el plebiscito de octubre de 2009.
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