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La Pascua Dolorosa abril de 1976 a 35 años
"Se denominó así a la brutal represión que se originó en el descubrimiento de la Organización Política Militar, en abril de 1976. El 4 de abril de 1976 la policía stronista detuvo a los primeros dirigentes ... Ante el descubrimiento de la OPM, el sistema de seguridad buscó en todos los sectores que hacían una contestación al régimen, vínculos con la organización. Dicha circunstancia le permitió a la policía estronista extender la represión a las Ligas Agrarias Cristianas en todos los departamentos del país en donde las mismas habían actuado.
A mediados de abril de 1976, el Comisario Camilo Almada Morel, más conocido como “Sapriza”, se instaló en la sede de la Delegación de Gobierno de Misiones, en el edificio conocido como Abraham-Cué. Ese local sería el escenario de las más terribles torturas a las que fueron sometidos los dirigentes e integrantes de las Ligas Agrarias Cristianas. Con la ayuda de las fuerzas militares de la división de Infantería con sede en San Juan Bautista de las Misiones, fueron detenidos arbitrariamente, sometidos a todo tipo de vejámenes y a condiciones insalubres de detención.
El 17 de mayo de 1976, Camilo Almada reporta a su jefe Pastor Coronel, Jefe del Departamento de Investigaciones sobre sus actuaciones y en ella menciona que 84 campesinos fueron trasladados a Asunción y que se encuentran “6 Empaquetados” (ejecutados extrajudicialmente) que a saber son Elipto López, Policarpo López, Francisco López, Adolfo López, Práxida Benítez, Blasida Falcon.
La ola represiva, llegó hasta el Departamento de Paraguari, al sitio de la localidad de Simbrón-Cue en el departamento de Paraguari, los habitantes del lugar fueron sitiados por las tropas del Comando de Artillería, quienes cometieron abusos contra la población civil, en especial niños y mujeres, pues los varones fueron detenidos arbitrariamente sin mediar orden judicial alguna y remitidos algunos a la Delegación de Gobierno en Paraguari y otros al Departamento de Investigaciones en Asunción, en donde fueron torturados. La Comisión de Verdad y Justicia ha identificado a más de 100 víctimas en este caso entre los cuáles se encuentran varios niños. Según el testimonio de Gil Ojeda, la detención de Juan Dios Salinas se dio bajo el mando del delegado de gobierno de Paraguari Dr. Braulio Machuca Vargas, quien al mando de soldados de la Delegación y del Comando de Artillería fueron por Juan de Dios Salinas.
Las violaciones de derechos humanos contra los miembros de las Ligas Agrarias fueron diversas y los testimonios son descriptivos en la brutalidad de las mismas. Los dirigentes que fueron detenidos y sometidos a torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes fueron remitidos luego al Penal de Emboscada. Algunos fueron procesados judicialmente, sin que se dictara sentencia en ningún caso. La mayoría fue recuperando su libertad a fines del año 1977 y comienzos de 1978, luego de realizar los detenidos innumerables huelgas de hambre exigiendo la libertad. El Penal de Emboscada se transformó en Campo de Concentración, donde varios niños vivieron con sus padres la detención arbitraria y los diarios y sistemáticos vejámenes.
La violencia se inicio con detenciones de los dirigentes campesinos previos hostigamientos por parte de las autoridades policiales de las zonas de su actuación, así como de dirigentes de seccionales coloradas. Dicha persecución llegó a su punto máximo en 1976, cuando se desató una de las olas represivas más duras tanto por las torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones cometidas por las autoridades policiales y militares estronistas.
Las atrocidades cometidas en Abraham Cué durante los meses de abril y mayo de 1976 en la que todos aquellos vinculados a las LAC sufrieron, detención arbitraria, torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes aplicados por los alcaldes y agentes de investigaciones encabezadas por Camilo Almada Morel, hicieron recordar las acciones cometidas contra guerrillas insurgentes del Movimiento 14 de Mayo y el FULNA.
La gravedad de las violaciones cometidas, incluyendo ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, cuyo punto más alto lo representaron los “empaquetados”, muerte provocada con sumo sadismo en el que se demuestra que el régimen quería dar una lección terrible a los sectores pobres del campesinado paraguayo, ya que todo aquel que pretendía organizarse para mejorar sus condiciones de vida, era considerado como “subversivo” y por lo tanto desde la óptica de la dictadura sujeto de castigo. El régimen aplicó la misma lógica que llevó al General Colmán al arrojar los cuerpos mutilados al río Paraná a comienzos de los años 60, sembrar el terror en la población."
Fuente: Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia. Tomo VII. 2008. Asunción, Paraguay.
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