LIBROS
ENTRE EL IDEALISMO RADICAL Y EL
DRAMA DEL DESARRAIGO
El exilio
político como mero refugio, ruptura cultural y experiencia de desarraigo es el
tema central de “Exilio, exilio y desexilio”, el libro de la ex guerrillera y
escritora alemana Margrit Schiller, quien residió durante diez años en Uruguay.
Hugo
Acevedo / La República
25.08.2012
Este nuevo
título de la autora, que recrea su vida en Cuba y en Uruguay, es la segunda
parte de una autobiografía iniciada con la publicación de “Una dura batalla por
los recuerdos: mi experiencia en la lucha armada y la cárcel -Alemania 1971-1979” .
En esa
obra, Schiller evocaba su propia experiencia de militancia y lucha armada, en
conflicto con un sistema que aspiraba a transformar radicalmente.
El relato
se inicia en octubre de 1971, cuando fue detenida por primera vez por las
fuerzas de seguridad alemanas, acusada injustamente de dar muerte a un efectivo
policial.
Su
integración a la organización guerrillera Fracción del Ejército Rojo (RAF) le
costó siete años de confinamiento en condiciones infrahumanas, impropias de un
país que se considera democrático.
Su “pecado”
fue compartir el idealismo que movilizó a toda una generación, en un tiempo de
inflexión histórica pautado por la guerra fría, las aventuras imperialistas de
las potencias de la época y las grandes luchas de liberación, que tuvieron su
epicentro más caliente en nuestra América Latina.
“Exilio,
exilio y desexilio” es una suerte de detallado inventario existencial, marcando
por las utopías y los compromisos ideológicos, pero también por el desencanto.
Narrando su
vida mediante un formato novelesco, la escritora reconstruye la primera escala
de su exilio en Cuba, donde solicitó asilo para evadir a su destino de presa
política en su país natal.
Su residencia
en la isla caribeña, que transcurrió durante ocho años, fue una experiencia
contradictoria, que discurrió entre la emancipación y la falta de integración.
Del relato
se infiere que Margrit Schiller jamás se adaptó plenamente a la sociedad
cubana, por su cultura machista y situación de virtual enclaustramiento, a raíz
del inmoral bloqueo impuesto por los Estados Unidos.
La autora
confiesa haber padecido, como otros exiliados, el inevitable síndrome del
desarraigo, en contacto con un colectivo social que –pese a su vocación
hospitalaria- jamás llegó a comprenderla ni a continentarla adecuadamente.
Ni el
descubrimiento del amor y el nacimiento de sus dos hijos lograron mitigar esa
situación de desencanto. Sin embargo, compartió las mismas dificultades que el
heroico pueblo cubano, que naturalmente se agudizaron luego de la disolución
del socialismo real.
El libro
retrata elocuentemente los diez años de residencia de la escritora en nuestro
Uruguay, donde inició una nueva vida en contacto con una realidad diferente
pero no menos compleja.
De ese
período Schiller rescata su amistad con ex presas políticas y su activa
militancia en las marchas del silencio, en reclamo por los desaparecidos
durante la dictadura.
Su regreso
a Alemania estuvo directamente relacionado con la devastadora crisis económica
que asoló a nuestro país en 2002 y que provocó una de las más multitudinarias
diásporas de todos los tiempos.
El
elocuente relato está construido de fragmentos de memoria, de triunfos e
inevitables derrotas. También está poblado por la soledad, una cualidad
intrínseca al refugiado político.
“Exilio,
exilio y desexilio” es la historia real de una idealista empedernida, que luchó
por sus más arraigadas convicciones y sobrevivió a los diversos avatares políticos
de un tiempo de turbulencias.
(Letraeñe
Ediciones)
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