sábado, 31 de agosto de 2013

Luisa Cuesta galardonada por la Universidad con el titulo Honoris Causa

Madre de Nebio Cuesta desaparecido en el año 1976 en Argentina, dentro del plan cóndor.
La Universidad de la República del Uruguay, la galardonó con el título Honoris Causa por su lucha incansable en la búsqueda de los detenidos-desaparecidos. Con sus 93 años agradeció a todos con una breve intervención. Muy emocionada al igual que toda las personas que concurrieron al paraninfo de la Universidad.













domingo, 25 de agosto de 2013

Marcha del Filtro. A 19 años de la masacre

Hace pocos días se lanzó desde el Ministerio del Interior y desde el  Instituto de la juventud Mides-INJU,   un manual donde explicaban  cómo manejarse, ante un procedimiento policial “Cómo manejarte si te paran” rezaba el   título del folleto.  Sobre todo era dirigido a jóvenes.
Ayer 24 de agosto se recordaba la masacre del Filtro del año 1994, cuando fueron extraditados los vascos al negarles  el asilo en nuestro país, tradición que no se cumplió esa vez.
En la brutal represión desatada ese día,  fueron asesinados Fernando Morroni y Facal y cientos de heridos por sablazos y otros baleados.  
A 19 años de la masacre,  con total calma  la marcha comenzó ayer  a las 18 horas desde el Obelisco hasta el  hospital Filtro.
Unas 5000 personas marcharon con carteles “si tocan a uno, toca a todos” convocatoria que realiza todos los años la Plenaria Memoria y Justicia.
En un tramo de la marcha anuncia Irma Leites dirigente de Plenaria, que faltaban 10 compañeros que no se sabía nada de ellos, pero suponían que los había detenido el DOP, previamente a la marcha.
Se siguió adelante sin ningún problema.
Al fin de la marcha estando en el estrado, se anuncia nuevamente que no se tenía noticias de ellos.
Terminado el acto se hicieron esfuerzos con un abogado para ubicarlos.
 Los habían detenido.
Fueron doce jóvenes, que dicen haberlos amenazados con tortúralos, violarlos, etc.
Luego fueron puestos en libertad.

 Cabe la pregunta el manual para qué era???...






miércoles, 21 de agosto de 2013

EL PAÍS › EL TESTIMONIO DE IVONNE TRIAS EN EL JUICIO POR LA COORDINACIÓN REPRESIVA DE LAS DICTADURAS

Descripción: Página/12
EL PAÍS › EL TESTIMONIO DE IVONNE TRIAS EN EL JUICIO POR LA COORDINACIÓN REPRESIVA DE LAS DICTADURAS
Una familia devastada por el Plan Cóndor
La periodista uruguaya habló del secuestro y la desaparición en Buenos Aires de su esposo, Carlos Rodríguez Mercader; de su hermana Cecilia y su compañero Washington Cram González. “Lo que pasó fue como acuchillar el vínculo entre las generaciones”, dijo.







  Por Alejandra Dandan
Ivonne Trías es periodista uruguaya y fue directora de Brecha. Ayer declaró en el juicio oral que, en Buenos Aires, juzga a parte de los responsables del Plan Cóndor. “Vengo a decir lo que sé y lo que no sé y quiero saber acerca del secuestro y desaparición de mi hermana Cecilia, de 22 años; de su compañero, Washington Cram González, de 27, y de mi esposo, Carlos Alfredo Rodríguez Mercader, de 26 años, los tres secuestrados y desaparecidos aquí. También quisiera hablar de lo que sé y no sé de otros compañeros y amigos muy queridos que desaparecieron en circunstancias similares. Y en tercer lugar, hablar de algunos de los imputados en esta causa. A uno lo conozco hace más de cuarenta años, siempre en circunstancias de torturas y apremios físicos, tratos degradantes. Y contar por qué estaba mi familia aquí.”

Ivonne y Carlos militaron en la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), que generó más tarde al movimiento de Resistencia Obrera Estudiantil (ROE). Cecilia se sumó al sector estudiantil del ROE con una militancia periférica. En 1972, Ivonne quedó detenida en Uruguay, situación en la que permaneció hasta 1985. A fines de 1972, su familia viajó para refugiarse en Buenos Aires, mientras se acentuaban la represión y las persecuciones en Uruguay. Primero salió su esposo. En 1973, salieron Cecilia y Washington, que aquí tuvieron un hijo, estaban legalizados y con trabajo en blanco. Entre septiembre y octubre de 1976, Carlos, Cecilia y Washington fueron secuestrados por la coordinación represiva de los dos países en el marco del Plan Cóndor. Se cree que pasaron por el centro clandestino de Automotores Orletti y partieron a Uruguay entre los prisioneros del llamado “segundo vuelo” que permanecen desaparecidos. El hijo de Cecilia y Washington se salvó porque su abuela María Irma Hernández estaba en esos días de visita en Buenos Aires.

“Todos ellos vinieron de Uruguay porque estaban perseguidos, porque eran militantes políticos o estudiantiles, como mi hermana y su compañero.” “¿Por qué éramos todos militantes?”, preguntó Ivonne en la sala. “Porque en Uruguay ya en los años ’65 o ’66 empezó un ajuste que puedo describir como conservador, que puso por primera vez a los representantes directos de los grupos financieros en los puestos del gobierno para llevar adelante las medidas de carácter antipopular, la represión más fuerte que se había conocido. Y eso chocó con unas organizaciones populares muy fuertes también: había una organización de los trabajadores unificada; partidos de izquierda fuertes, como el Partido Comunista o el Movimiento de izquierda de Liberación nacional (Tupamaros).” Un escenario que no permitía imponer esas “medidas antipopulares sin chocar con una resistencia muy fuerte”.

Ivonne relató el avance del proceso año a año hasta llegar al golpe de junio de 1973. Las primeras militarizaciones y el contexto de conflictividad en el que “la mayor parte de los jóvenes de mi generación decidimos militar”. “No tuvimos que pensar si íbamos a intervenir en política o no –dijo–, ya en nuestra formación todos tempranamente sabíamos que la realidad había que cambiarla, participar era natural.” Ante las “ofertas” vigentes, el PC o el MLN, su grupo optó por otra “salida”: la FAU, una organización “con raíces históricas profundas” que “estaba acercándose a los movimientos de liberación de toda América, a la rebelión de las orillas, como la llamábamos”. En el relato, la FAU apareció así como punto de origen del movimiento que continuó en el MOR y, ya en 1975, entre los refugiados en Buenos Aires, con la organización del Partido para la Victoria del Pueblo (PVP), del que formaban parte la mayoría de los uruguayos secuestrados y desaparecidos aquí.

En Buenos Aires

Con el golpe de Estado uruguayo “se declara una huelga general” y empieza el “revanchismo de despidos, persecuciones, y es cuando mucha gente que ya estaba requerida y era perseguida empieza a ver que Argentina era el refugio (...) Se vienen muchos de mis compañeros y se instalan con intenciones de seguir lo iniciado en Uruguay en un proceso de discusión interna, recuperar fuerzas para volver y luchar contra la dictadura”.

Carlos viajó antes del golpe, a fines de 1972. Cecilia y Washington, en 1973. “Yo me comunicaba con mi hermana. Ella no tenía impedimento legal, nos escribíamos habitualmente. Sabía que estaba muy contenta y que estaban tratando de tener su primer hijo. Con mi marido, clandestino, nos enviábamos cartas ocultas en las que se podía decir muy poca cosa más que frases o ‘estamos bien’. O ‘te amo’ o ‘te espero’.”

Durante su estadía en la cárcel supo de los secuestros. Luego de un período de castigo empezaron a recibir visitas. “Vienen todos los familiares, pero no viene mi madre, cosa muy extraña porque no había faltado jamás. Faltó a la segunda visita, lo cual me alarmó, y a la tercera la noté demudada. Me dijo que mi hermana había salido a encontrarse con su compañero, ella estaba ahí porque había ido a cuidar a su niño. Me contó que no habían vuelto. Me contó que mi marido tampoco estaba y me decía entre lágrimas y medias frases cosas que no podía entender muy bien –dijo–. En parte por un bloqueo emocional, en parte porque no eran conceptos ni experiencias que teníamos como uruguayos.” Su madre le decía: “Todo fue un desastre, se llevaron a todos, están todos muertos”. Ivonne todavía pensaba que podían estar clandestinos.

De acuerdo con la reconstrucción que hizo después, supo que Cecilia, Washington y su hijo vivían en la calle Vicente López 2273, en Morón. El 28 de septiembre de 1976 dejaron al niño con la abuela. Primero salió uno, después el otro. Tenían como destino un bar en Juramento y Ciudad de la Paz. “Pasaron las horas. Mi hermana estaba amamantando a su bebé, por lo cual tenía horarios muy rígidos. Cuando no volvió, mi madre se puso muy nerviosa y más nerviosa hasta que llega mi marido y le dice: ‘Vieja, hay que salir de acá, ya, ya, ya. Llevamos al niño porque cayeron los chiquilines.” Carlos Rodríguez Mercader, a esa altura, estaba a cargo de la dirección de emergencia del PVP. Lo secuestraron el 1º de octubre.

Uno de los represores uruguayos juzgados en este juicio es Manuel Cordero. Es uno de los más mencionados por los sobrevivientes de Orletti. Estaba encargado de los enlaces de prisioneros entre Argentina y Uruguay.

Ivonne lo conoció en agosto de 1972, en el cuartel Quinto de Artillería: “Mi primer impacto fue una actitud inolvidable, porque estaban todas las presas en una habitación común y Cordero entraba y lo primero que hacía era pasar la mano por todas las bombachas que estaban en la primera cuerda y después iba y se sentaba en la cama de una detenida, una pobre muchacha de 18 años a la que le habían matado a su esposo. Manoseo y un oprobio, violaciones elementales al derecho de ella y todas las que estaban alrededor. Cuando traían al bebé de esta chica a visitarla lo tomaba en brazos y se paseaba como si fuera un trofeo. Fue tal la indignación que todo esto me produjo que cuando el comandante del cuartel me preguntó si tenía un problema particular con Cordero, le relaté los hechos.”

En 1974, Cordero intervino en el asesinato de Iván Morales Generali, un militante que llegó a Uruguay con volantes y documentos. En 1975, encabezó una suerte de negociación para intercambiar presos por una reliquia. Y fue quien le dijo a Ivonne los detalles de dónde y qué hacía su familia en Buenos Aires, situación que reflejaba la persecución. En 1976, aparece en la “lista infinita” de todos los detenidos de Orletti, dijo Ivonne. Y en particular en el testimonio de Sergio López Burgos, quien relató “escenas escalofriantes, en que dirigía no sólo los interrogatorios sino la tortura”. Señaló que Cordero violó a Ana C. en medio de la tortura, “que en el momento en el que termina de cometer ese acto de tortura sigue con su aparato, el disyuntor, y sigue con la tortura a López Burgos: ésa es la pintura de uno de los imputados según mi propia experiencia y la experiencia de muchas personas que entrevisté para realizar una investigación que culminó en un libro. Ninguno de los que declaran se ha retractado”.


En la sala, una de las querellas le preguntó a Ivonne si podía decir algo de los efectos de la dictadura en su familia. “En un momento de 1972, la familia era una familia que prometía –dijo ella–. Eramos mi padre, mi madre y mi marido y yo; mi hermana con su pareja y una idea del mundo y de nietos. Cuando yo salí de la cárcel quedaba mi madre y el hijo de mi hermana, nada más. Yo pienso que todos necesitamos formar parte de una historia, no digo de la Historia con mayúscula, de una historia chiquita, de familia. Ser hijos de algo, como dice Marcelo Viñals, de alguien, abuelo de alguien, nieto de alguien. Y lo que pasó fue como acuchillar el vínculo entre las generaciones y dejar un poco como que todo empieza de nuevo cada vez. Esto es para mí un sentimiento de lealtad con mi historia, con mi familia. Me parece que tiene algo de terrible esto de venir a contar historias espantosas, pero tiene algo de recomponer ese vínculo cortado, esa genealogía que quedó trunca y eso me parece que es algo positivo.”

sábado, 17 de agosto de 2013

Política 16.8.13 LA DIARIA Tiros y tiras

Política 16.8.13 LA DIARIA
Tiros y tiras
Dos participantes de la marcha del 14 de agosto fueron procesados sin prisión por romper vidrios y pintar grafitis.

La jueza penal de 16º Turno, Julia Elena Staricco, procesó ayer sin prisión a dos jóvenes que participaron en la marcha del 14 de agosto, en homenaje a los mártires estudiantiles. Ambos fueron detenidos la noche del miércoles en la intersección de Cerro Largo y Tristán Narvaja, una hora después de finalizada la movilización y a 15 cuadras de la plaza 1º de Mayo, donde se desarrolló la actividad cultural de cierre.

“Fue un operativo de inteligencia policial que los siguió durante toda la marcha y los detuvo cuando ya se retiraban”, explicó a la diaria Gustavo Salle, uno de los abogados defensores de los dos jóvenes. Ayer declararon como indagados por “haber cometido actos compatibles con la figura del daño”, en una investigación dirigida “a los grupos que se mostraron encapuchados en la marcha”, agregó.

En la movilización del miércoles participó un grupo de una docena de jóvenes que iban vestidos totalmente de negro, con las capuchas de los canguros puestas sobre la cabeza y con las caras cubiertas con pañuelos o bufandas. Llevaban banderas completamente negras, sin inscripciones o símbolos, aunque portaban una pancarta firmada con la conocida letra “A” dentro de una circunferencia negra.

Cuando la marcha pasó frente al Centro Militar, que estaba vallado y custodiado por policías, un grupo reducido de manifestantes arrojó piedras y estopa prendida fuego a los uniformados. Éstos respondieron disparando balas de goma contra manifestantes y periodistas, y resultaron heridos dos fotógrafos y un camarógrafo.

Por su parte, el otro abogado de los detenidos, Pablo Ghirardo, contó que se trata de dos jóvenes de alrededor de 25 años que actualmente “no están estudiando” y que uno de ellos es un “ciudadano peruano” que vino a vivir a Uruguay.

Ghirardo explicó que la defensa pidió el archivo de la causa por entender que “no existen elementos de prueba” que demuestren que los detenidos participaron en la rotura de vidrios ni que hayan grafiteado “propiedad privada”, los dos hechos por los que fueron acusados. Agregó que la acusación se basa en las declaraciones de dos policías de inteligencia que se infiltraron en la marcha, siguieron a los jóvenes durante todo el trayecto, “supuestamente los vieron cometiendo los delitos”, esperaron a que se retiraran y los detuvieron a 15 cuadras del lugar de finalización de la movilización.

La jueza solicitó una ampliación de pruebas y la Policía presentó solamente “fotos de personas encapuchadas en las que no es posible identificar rostros”, agregó Ghirardo. Sin embargo, el abogado denunció que como ampliación de pruebas el Departamento de Operaciones Especiales (DOE) de la Policía presentó “por su cuenta” un informe como “antecedente”, cuyo contenido es “un seguimiento a las actividades de la organización Plenaria Memoria y Justicia; dicho informe apunta en particular a Irma Leites, a la que se considera vinculada a los hechos porque estaba en la puerta del juzgado, manifestándose pacíficamente en contra de la detención de estos jóvenes”.

Ni siquiera anarquista
Ayer, mientras los jóvenes declaraban en la sede judicial de Bartolomé Mitre y Buenos Aires, un grupo de unas 50 personas se congregó en apoyo a los detenidos. El juzgado permaneció desde temprano protegido por un vallado y un destacamento de la Guardia Republicana, acompañado por un vehículo blindado.

Finalmente, a pedido de la fiscal Adriana Acosta, la jueza Staricco determinó el procesamiento sin prisión de ambos jóvenes, con 90 días de medidas sustitutivas, lo que significa que deberán realizar “tareas comunitarias dos veces por semana durante ese lapso”, informó Ghirardo.

En opinión del abogado, la decisión judicial no significa que se haya demostrado la culpabilidad de los jóvenes, sino que la magistrada encontró que “existen elementos suficientes para iniciar un proceso”. “Ahora viene la etapa del proceso, la parte probatoria y que permite esgrimir los argumentos necesarios para defender a los acusados”, explicó.

Ghirardo continuará compartiendo la defensa con Salle y ambos se reunirán la semana próxima para evaluar las distintas alternativas del proceso. “Se puede apelar o dejar avanzar el proceso y agregar los elementos necesarios para demostrar la inocencia de los jóvenes”, manifestó. En cuanto a la declaración de los jóvenes, expresó que reconocieron su participación en la marcha pero negaron haber “roto vidrios o hecho pintadas”. El abogado dijo que la fiscal les preguntó con “particular insistencia” por qué se tapaban los rostros, a lo que los ahora procesados respondieron que lo hicieron para “protegerse de los servicios de inteligencia y del DOE”, ya que se reconocieron anarquistas y entienden que su ideología “es perseguida en todo el mundo y también en Uruguay”. Como ejemplo de esta afirmación mencionaron “el intento de desalojo de un local anarquista como La Solidaria”, así como “los juicios a quienes se manifestaron en la Suprema Corte de Justicia en febrero”, instancia en la que la Policía se valió de fotos y filmaciones.


Luis Rómboli

La memoria garantizada

La memoria garantizada.
Cuantas veces nos han dicho que había llegado el fin de las utopías, el fin de la historia, el fin de la memoria. ¿Cuantas veces?
 Las marchas de los estudiantes es la forma más vital del presente y  también del futuro, como nos canta Daniel Viglietti: “ Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura”…
Desde los años oscuros que vivió nuestro país, casi nunca dejaron de manifestarse, protestar, y reclamar sus derechos de libertad ante la opresión.  Antes lo fuimos los de la generación del 60-70, luego lo fueron los de ACEPP-FEUU en el preámbulo  a la democracia y lo siguieron después otras generaciones de jóvenes. Cada una de esas oleadas generacionales  acuñó la memoria de los mártires estudiantiles del 68, sorteando así, los malos augurios de la desmemoria anunciada por los enemigos de siempre y por los nuevos olvidadizos  del presente.  La cadena de información de ese pasado luctuoso, llevó dentro el germen de la lucha y de los valores éticos de los postulados de entonces.
 Aquellos primeros  mártires estudiantiles asesinados bajo el gobierno del  Pachecato, fue  el comienzo de una larguísima lista de nombres que  fueron engrosando, durante todo el período dictatorial y luego en la llamada “primavera democrática”.  
Nada cambia su esencia fermental, y sí cambian los tiempos, los escenarios, las reivindicaciones.  Sólo el estigma de ser joven, es una cruz que se lleva con hidalguía, con coraje, con alegría y con dolor también.
Son nuestro futuro, no los dejemos solos.

                                                                                    Martha Passeggi

Prensa La Diaria. Memoria renovada

Memoria renovada
Marcha por mártires coincidió con paro en enseñanza pública y protestas por Rendición de Cuentas.

A los 45 años del asesinato de Líber Arce, y como todos los 14 de agosto, se realizó ayer la marcha en homenaje a los mártires estudiantiles, con una importante participación de estudiantes de secundaria. También se sumaron manifestantes de sindicatos de la educación pública, que desde temprano se movilizaban en el Palacio Legislativo porque se votarían los artículos de la Rendición de Cuentas referidos al tema.

“Ha muerto Líber Arce”, decía una tela enorme que habían colgado en el centro de la fachada del edificio de la Universidad de la República (Udelar). A la cabeza de la marcha se desplegaron los liceales del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA).

Detrás de una pancarta que abarcaba casi todo el ancho de la avenida 18 de Julio y que decía: “1968-2013 / A 45 años la lucha del pueblo continúa - Líber Arce, el compañero - Liberarse, la consigna”, un grupo de estudiantes vestidos con prendas de color negro y con las caras pintadas de blanco gritaban cánticos de antaño pero aún vigentes.

Quizá por la proximidad de la Noche de la Nostalgia se coreó una canción de Los Náufragos: “Tengo los zapatos rotos / y es de tanto caminar / por un presupuesto justo / para poder estudiar”.

Los del IAVA venían de una intervención que realizaron en el liceo. También con ropas negras y las caras blancas, unos 50 jóvenes entraron al liceo como si estuvieran en una marcha y repentinamente, ante un sonido similar al de un disparo de arma de fuego, hicieron una representación escénica que culminó en dos salones repletos de estudiantes.

“Lo comenzamos a organizar hace tres semanas, ensayando tres veces por semana. Se sumaron estudiantes de otros liceos, y de nueve terminamos siendo 50. Hay gente de quinto y sexto, pero también de ciclo básico. Es un homenaje no sólo a Líber Arce, sino a todos los que murieron y lo que pasó”, explicó Manuel, del liceo Nº 30.

Detrás de la barra del IAVA venía un grupo del centro de estudiantes del liceo Nº 65, que agitaron, incansables, durante toda la marcha. Más atrás había una enorme pancarta que decía: “Ni un estudiante votando a la baja”, y un poco más atrás el Centro de Estudiantes del Instituto de Profesores Artigas adaptaba con una batucada los reclamos de los gremios de la educación a cánticos de tribuna.

Hombres de negro
Casi en el medio de la marcha, que abarcaba unas cinco cuadras, había una docena de jóvenes totalmente vestidos de negro, con las capuchas de sus canguros puestas y con pañuelos y bufandas que sólo dejaban ver sus ojos. Llevaban una pancarta que decía: “Estudiante obediente, esclavitud precoz”, y mientras uno golpeaba un bombo permanentemente, los demás agitaban unas banderas completamente negras, sin símbolos, y vociferaban contra los políticos, el PIT-CNT y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Si bien uno de ellos dijo que el grupo se llamaba Acción Directa, no quisieron hablar con la diaria.

La marcha partió de la explanada de la Udelar, recorrió 18 de Julio hasta la calle Río Negro, dobló por ésta, hizo una parada al pasar por la esquina del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), bajó por avenida del Libertador y culminó en la plaza 1o de Mayo con un espectáculo cultural. Durante el trayecto los manifestantes lanzaron petardos y cañas voladoras, algo que se ha vuelto tradicional en las movilizaciones de trabajadores y estudiantes. En uno de los balcones de un edificio de 18 de Julio y Paraguay apareció una mujer agitando una bandera uruguaya, que fue ovacionada por los estudiantes. Había muchos manifestantes repartiendo volantes y entregando periódicos. Seguramente porque la marcha era muy larga, uno de los que distribuían un periódico político había colocado los fardos de papel en un carrito de supermercado, que empujó durante toda la movilización.

“Alerta que camina el antiimperialismo por América Latina”, gritaban los más atrasados en la marcha. La gente de la FEUU se hizo presente con banderas y pancartas de sus centros de estudiantes. “6% para la Educación, un país sin conocimiento no despega”, rezaban más carteles. Los de formación en educación habían pintado una tela que decía: “Monopolio público y estatal de la formación docente”.

Al pasar por el costado del MEF, que estaba protegido por un vallado y un destacamento de la Guardia Metropolitana, una docena de manifestantes intentó mover el cerco de metal y arrojó algunas piedras a los uniformados, que estaban protegidos por escudos. Unos policías dispararon balas de goma hacia el grupo que tiraba piedras, y algunos periodistas fueron afectados por esta reacción policial. La fotógrafa de Caras y Caretas Lucía Melgarejo recibió un balazo de goma en el muslo, debió ser asistida y permanece con una contusión.

Mártires
El lunes 12 de agosto de 1968 se realizó una manifestación desde la Facultad de Odontología hasta las puertas de la Facultad de Veterinaria frente a la calle General Prim (hoy renombrada Líber Arce), que fue reprimida por la Policía. Un oficial disparó a la manifestación e hirió al estudiante de Odontología Líber Arce, de 28 años. El 14 de agosto, el joven militante de la FEUU y miembro de la Unión de la Juventud Comunista (UJC) falleció en el hospital donde estaba internado.

Al conocerse la noticia, sobre las 16.00 se paralizaron las actividades en fábricas y centros de estudio de Montevideo para reunirse en asambleas. El velatorio de Líber Arce fue realizado en la sede de la Udelar, y por él pasaron miles de personas. Una multitudinaria procesión acompañó el féretro hasta el Cementerio Central, donde se le dio sepultura. Pero si bien Líber Arce fue el primer mártir estudiantil, ese mismo año, el 20 de setiembre, la Policía disparó contra una manifestación e hirió mortalmente a la estudiante de la Escuela de la Construcción Susana Pintos, de 27 años, y al estudiante de la Facultad de Economía Hugo de los Santos, de 19. Ambos integraban la UJC.


Melgarejo dijo a la diaria que estaba sacando fotos y cuando enfocaba a uno de los granaderos que tiraba a la manifestación, éste le apuntó a ella y le efectuó un disparo. También recibieron balazos de goma un camarógrafo de Canal 12 y otro fotógrafo, además de algunos manifestantes. Pero para la gran mayoría de los miles de participantes de la marcha, este incidente pasó desapercibido. Mientras los diez que tiraban piedras se enfrentaban con los diez uniformados, el resto continuó la manifestación con toda normalidad, cantando cada vez más fuerte, como para sortear el intenso frío.

Marcha de los estudiantes. En recordación de los mártires estudiantiles del año 1968.








miércoles, 14 de agosto de 2013

Represor capturado: Ohannessian

Informe de prensa La República

VIVÍA EN EL BUCEO Y SE APRESTABA A ABANDONAR EL PAÍS
Detienen a militar uruguayo requerido por 4 desapariciones
Publicado el 14/8/2013 - 6:00
Ohannessian
Se trata del ex integrante del OCOA, mayor (r ) Antranig Ohannessian, requerido por la Causa Cóndor abierta en la península itálica. En este expediente se involucra a otros 30 uruguayos, civiles y militares.

Ohannessian fue acusado por el fiscal italiano Capaldo de participar en la desaparición de los uruguayos Gerardo Gatti, Bernardo Arnone, Juan Pablo Recagno y María Emilia Gatti de Islas, todos ellos secuestrados en Buenos Aires en setiembre y octubre de 1976 y recluidos en el centro clandestino de detención “Automotores Orletti”. El fiscal comenzó esta investigación hace más de 15 años a raíz de las denuncias presentadas por los familiares de italianos desaparecidos.

La detención de Ohannessian se produjo el domingo cuando el militar se disponía a viajar fuera del país.

La solicitud de captura fue cursada al Uruguay hace pocas semanas y derivada al personal del Buró de Interpol perteneciente a la Dirección General contra el Crimen Organizado. Las investigaciones realizadas permitieron determinar que el requerido estuvo un tiempo desempeñándose en un establecimiento agropecuario del Interior.

En posteriores diligencias los funcionarios obtuvieron información de que el militar se domiciliaba en un lujoso edificio de la rambla del Buceo de Montevideo.

Allí finalmente fue detenido. Lo trasladaron a declarar ante la Justicia que dispuso su prisión administrativa en la Cárcel Central con miras a extradición. El caso quedó en manos de la jueza Penal de 6º Turno doctora Fanny Canessa y de la fiscal Ana María Tellechea. La detención de Ohannessian ya fue comunicada a las autoridades italianas y ahora se aguarda el envío de la documentación correspondiente. Se presumía que el militar se encontraba en Argentina. En marzo de 2008, la Justicia de ese país ordenó su detención con vistas a la extradición a Italia. No obstante, el proceso de extradición se dilató y finalmente la Justicia del vecino país rechazó el pedido por cuestiones formales.

Tiempo después, Ohannessian fue liberado. En la causa Cóndor, la Justicia italiana pretende esclarecer el secuestro y asesinato de 25 ciudadanos de origen italiano durante los años en que los países del Cono Sur estuvieron bajo dictaduras militares: 13 ítalo-uruguayos, 7 ítalo-argentinos y 5 chilenos, todos con nacionalidad italiana.

Con ese fin, se libró el pedido de extradición de 140 militares y civiles implicados en el Plan Cóndor, el esquema represivo que coordinó las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay en los años ‘70 y ‘80.

“El Turco”

Ohannessian, alias “Oscar”, “el Turco” o “el Armenio”, fue integrante del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Testimonios de presos políticos lo ubican en operativos represivos en Buenos Aires junto al mayor (r) José “Nino” Gavazzo Pereira, hoy preso en Montevideo en la cárcel especial Nº 8, y al coronel Manuel Cordero, detenido en Argentina.


Recibió entrenamiento en la Escuela de las Américas, junto con Luis Maurente, entre otros, y revistó en varias unidades del Ejército dentro del arma de Ingenieros. Uno de sus últimos destinos fue el hospital militar. Al retirarse, a mediados de los años ‘80, pasó a la actividad privada, en el rubro seguridad.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Citados al juzgado.

Hoy tuvieron que presentarse en el juzgado de la calle Misiones y 25 de Mayo, los compañeros indagados por concurrir a repudiar en la Suprema Corte de Justicia, el traslado de la jueza Mariana Mota el 15 de febrero de este año.
Penalizar la protesta es el objetivo que buscan.



A la opinión pública

A la opinión pública
Juzgado de 9º Turno
Dra. Gabriela Merialdo
Presente.-

En mi parecer y el de muchos más, estos procesos, ya tienen una resolución previa a este interrogatorio, el propio proceso judicial es una criminalización, es un ataque, no creo que mi declaración modifique la resolución de la Sra. Jueza.

En una investigación plagada de irregularidades, denunciadas públicamente y que en nada se han revertido (interceptación en la vía pública, citaciones telefónicas, interrogatorios políticos que poco se centraron en los hechos de investigación), me confirman lo antes señalado, el daño a mi persona está causado y .la criminalización de las organizaciones a las que pertenezco, ya está hecho.

Estos elementos y fundamentalmente amparada en el reconocido principio de no declarar en mi propia contra y menos aún en contra de los demás citados, sobre la base de que el Poder Judicial no es independiente de los demás Poderes políticos, me reafirma que me encuentro en un juzgamiento de mi forma de pensar y actuar y no de un delito, por tanto opto por declarar lo siguiente y negándome a responder cualquier otra pregunta.

Como testigo, no solo presencie los hechos que se indagan (y que muchos pueden narrarlos) pero quiero mencionar otros hechos que generaron la acción de centenares de personas, y que en esta investigación se omiten.

Los hechos por los cuales se nos indaga son hechos públicos, sucedidos en un ámbito público, delante de cientos de personas, delante de la prensa nacional e internacional.
Tienen que ver claro está, con los crímenes de las dictaduras, pero sobre todo tienen que ver con el presente tan plagado de impunidad y de impunes sueltos por todo el continente. Impunes que tienen como paraíso al Uruguay. Porque aquí tienen la “protección” de un Código Penal basado en el de Mussolini de 1922 y la monarquía española de 1853 y en el que en el caso de ser juzgados, serán amparados por las leyes dictadas por las FFAA y los Pactos del Club Naval y las complicidades actuales de los que no han ANULADO la LEY de IMPUNIDAD de 1986.
Los disidentes políticos, sociales, acusados por el Estado fuimos desde 1970 acosados bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional. Doctrina bajo la cual se nos persiguió, nos torturó, nos condenó, nos asesinó, nos encarceló, nos exilió.
Este plan, conocido como Operación Cóndor, involucró a las dictaduras militares de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay. Los terroristas de Estado colaboraron entre sí para rastrear, secuestrar y asesinar personas que ellos calificaban de terroristas: activistas de izquierda, sindicalistas, estudiantes, sacerdotes, periodistas, guerrilleros, y también sus familias.
El “plan maestro” impulsado por el dictador chileno Augusto Pinochet, la CIA y el ex secretario de Estado Henry Kissinger, desde sus inicios conformó un genocidio, en toda América Latina.
En Argentina, al menos 25 generales del ejército están imputados en esta megacausa, y se contará con el testimonio de más de 500 personas. Un juez federal argentino solicitó formalmente al Departamento de Justicia del Gobierno de Obama que permita que Kissinger sea interrogado, desde Uruguay también se solicito su comparecencia. El Gobierno de Obama no respondió.
Acá en Uruguay los sobrevivientes que hemos denunciado somos más de mil personas. ¿No alcanza para instalar un megajuicio?
Entonces en este marco, donde los familiares de desaparecidos, siguen siendo torturados hace décadas porque los desaparecidos siguen desaparecidos, y los asesinos y violadores siguen impunes. ¿Que justificaría que siga aceptando que se me interrogue por haber entrado, junto a cientos de mujeres y hombres protestando contra un acto de impunidad de los señores miembros de la Suprema Corte de Justicia, a la Suprema Corte de Justicia?
Hoy somos acosados bajo la ley de impunidad y el imperio de una política de silencio.
Los hechos por los cuales hace años, meses, semanas, se nos está criminalizando son hechos que tienen que ver con la estructura de la impunidad.
Fue un acto público.
Fuimos cientos las personas que estuvimos, repudiando la dilatación una vez más de la justicia. Porque junto a cientos de denunciantes sigo esperando que se investigue el asesinato de Norma Cedrés, junto a cientos espero que se indague a los torturadores de Artillería 1 La Paloma, donde se asesinó en la tortura y donde fui torturada, seguimos esperando que se juzgue a Armando Méndez por los crímenes en tortura de Alter y Arteche en el cuartel Florida en 1973; parte de estas denuncias y muchas más las tenía la Dra. Mariana Motta.
Y hago propia la exigencia de un Juicio de excepción como el de Nuremberg o el juicio a las Juntas en Argentina, o incluso un proceso unificado, pero resuelto técnicamente a partir de las propias pautas que marcaron los procesos represivos, tal cual están hechas las denuncias, acá en Uruguay: Juicios por unidad represiva, por centros de detención, por operativos.

Como lo hemos hecho público, desde hace años, en síntesis, el Juicio a la Dictadura que implique:
-Que se instale un juicio excepcional con la participación de las organizaciones sociales.
-Que se juzgue a los represores de forma oral y pública
-Que se los juzgue en un marco conjunto a los más de 400 identificados
-Que se los juzgue como genocidas
-Que se los juzgue sin prebendas
-Que se incluya en el proceso los delitos económicos de la dictadura
-Que se indague HOY el proyecto de violación de los derechos mínimos individuales con persecuciones y tecnificaciones con el llamado Guardián y la operativa CONCRETA del DOE, QUE OPERA COMO UN GRUPO de TAREAS TAL CUAL LO HACIAN LOS GRUPOS ESPECIALES BAJO EL TERRORISMO de ESTADO. Ya que ellos filman, fotografían e infiltran no solo las hinchadas de futbol sino también las marchas y actos –tal cual han reconocido voceros de la policía y ministros actuales. Violando fragantemente el derecho de protesta y ejerciendo una presión y amenaza a los participantes.
Acusándome y acusando a un puñado de manifestantes se está criminalizando y revictimizando a los testigos de delitos de lesa humanidad y de hecho negando la existencia de la impunidad y la injusticia.
Entonces solicito se juzguen los hechos de la Suprema Corte de Justicia en una instancia pública, en un juicio oral y público- como se juzgan los delitos de opinión, injuria o difamación- donde se permita que fundamentemos las razones de un acto.
Porque sino se nos está prejuzgando, se está tergiversando hacia la sociedad, el sentido fundamental de los hechos, inculpando a un núcleo reducido de personas –no casual- se le quita el carácter masivo, se limita el derecho a la protesta contra las injusticias de ayer y hoy porque los delitos de lesa humanidad se están prolongando en el tiempo.
Y que sea la gente común y corriente que juzgue con oído propio lo sucedido.

P.D.: Estas líneas las escribí en mayo cuando fuimos titular de diarios y TV. Hoy jueves 01 de agosto 2013, vuelvo a enterarme por la lectura en TV de los titulares del diario El País que seremos citados durante la próxima semana, y que seré citada el lunes.
Pensemos: ¿si es pública la captura de nuestra presencia el lunes 15, no es claro que estoy prejuzgada públicamente sin que haya sido siquiera notificada? Reafirmo entonces que el juicio sea oral y público.

Atte. Irma Leites.
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Compañeras. compañeros
Hoy tal cual lo habíamos planteado hoy fuimos al juzgado y ahí hubieron decenas de firmas de que YO TAMBIÉN ESTUVE en la Suprema Corte, mujeres y hombres que no permitieron tergiversar la historia. Se presentó por escrito esta afirmación de que no fue un puñado que repudió  en febrero la muralla de la impunidad. 
Les envió lo que hoy entregué a la Jueza Merialdo y al Fiscal Zubía. No contesté lo que hice dentro de la SCJ porque TODO ESTA FILMADO. Es una parodia. Hace 40 años que esperan familiares y torturados y los tiempos de la impunidad son eternos: JUSTICIA QUE TARDA NO ES JUSTICIA. Y declaré que a la SCJ fui convocada por la memoria, por Gatti, por Elena, por Chavez Sosa. 
Como broche de oro de esta situación al retirarse (un compañero enfermero del Hospital de Clínicas) de la concentración del juzgado en Misiones y 25, fue interceptado por una camioneta articular de Inteligencia y llevado a la calle Maldonado donde se lo acusó de haber amenazado a Mujica. Luego fue dejado en libertad porque "se comprobó que no era él". Se fijaron en las cámaras en la Torre Ejecutivo y los vídeos del juzgado, donde en directo los servicios nos miraban! ¿Qué tal? Al principio se confundieron de persona...pobre inteligencia!!! 
Continuará...
Un abrazo.